Salgo temprano, como es la costumbre cada domingo. Voy a visitar a los
que trabajan en el pozo en Balei, pero es temprano y aún duermen. Unos cuantos
del pueblo aprovechan el vehículo para venir a la misa a Nagoyon y así
comenzamos más numerosos que otras veces. La madre de Daniel está enferma y la
voy a visitar después de la misa. Rezamos y le doy la bendición.
En Tikonko hoy hay ya quienes esperan mi llegada y, aunque algunos se
hacen esperar, por lo menos la asistencia es numerosa y los jóvenes que están
presentes en buen número se comprometen a trabajar en limpiar la finca de
maleza. Todo en plena campaña de cuaresma de rezar, ayunar y
compartir.
En Towama hoy canta por primera vez la coral de los estudiantes, que está
acompañada por algunos de la otra. Juntos parecen tener una buena armonía.
También hay un buen número de estudiantes de la universidad, pues las clases
parece que han vuelto a comenzar.
Cuando llego a casa Joseph está en una reunión con el consejo pastoral y
yo, que he dormido mal por la noche, me voy a dormir un rato, pues me encuentro
cansado. Acabamos comiendo más tarde de las tres, pues las reuniones que Joseph
tiene no acaban pronto.
Por lo menos la tarde es más o menos tranquila y podemos tomar un respiro
y la luz nos acompaña. He ido a ver a la gente que trabaja en el pozo en Towama
y allí están con su trabajo. Es algo que cuesta y lleva tiempo, pero tienen un
buen espíritu y lo hacen con dedicación, cosa muy de alabar.
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