Hoy es la jornada de la vida consagrada, es la conclusión y en la
diócesis no se ha organizado nada de especial. Quizás el tiempo se ha echado
encima y los encargados no están disponibles, pues hay quien está con revisiones
médicas. Por lo menos en la misa de la mañana hemos recordado el evento y la
conclusión del año de la vida religiosa. Esperemos que haya mejor organización
en próximos encuentros.
Joseph llama para decir que vendrá mañana, pues hay más cosas que hacer
de lo que pensaba. Nosotros tenemos las cosas del contenedor en la planta baja y
esperando para organizarlas y dar
sitio y ahí estamos, también esperando a que venga Joseph y tomemos decisiones
de donde poner cada una, pues tenemos el riesgo de hacer de la casa un
almacén.
Ha venido la nueva cocinera. Es una señora de la parroquia y por ahora
parece que tiene buena mano para cocinar. Le daremos tiempo para que vaya
mostrando lo que sabe.
Samuel está con catarro y bastante flojo. Yo me doy una vuelta por la
ciudad a ver al mecánico para cambiar el aceite al coche y hacer fotocopias a la
vez que visito al pastor metodista que vive cerca de nosotros, pero no le
encuentro en casa.
He hecho unas cuantas fotos más de lo que ha llegado en el contenedor y
trato de enviarlas, pero le lleva su tiempo y además, no hay luz y no la hemos
tenido en toda la noche. Por la mañana estamos con el generador y luego tenemos
el generador del centro de pastoral que es para nosotros una gran ayuda cuando
no hay luz.
El tiempo se va pasando y es el momento de pensar en comenzar a realizar
proyectos. Esperamos que esta semana las cosas estén claras y podamos pensar en
comenzar algunos pozos. Además me han comunicado que hay dinero para dos pozos
más, desde misiones de Pamplona. Es una ayuda inestimable y eso nos permitirá
dotar de agua a un par de escuelas donde es muy necesaria, pues los críos siguen
trayendo agua a la escuela y la bomba en el pueblo está muy lejos.
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