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sábado, 10 de febrero de 2018

10 de Febrero de 2018

Sábado


Me ha costado mucho dormir. He leído mucho rato, pero al final he intentado por lo menos dormir un rato y algo he conseguido. Me levanto con la sensación de cansancio y de no haber dormido, pero con ánimo.

En la oración de la mañana se repite lo mismo que ayer y en la misa, además de recordar a santa Escolástica, la hermana de san Benito y a sor Eusebia Palomino, la salesiana de Salamanca, también pedimos por Faustino. Después de misa vienen varios a darme el pésame y les invito a que sigamos rezando.

No estoy muy en forma y me acuesto un rato. Descanso lo suficiente y me preparo para ir a la cárcel como cada sábado. Primero les pido disculpas porque la semana pasada no pude venir y luego estamos un rato hablando. Hoy no está la cosa para rezar, pues tienen limpieza y les llaman para que estén presentes en el patio. Me quedo hablando con algunos y veo lo eficaz que es tener amigos y lo bien que se sienten los que los tienen y animo a que todos lo sean unos de otros.

No han comenzado los trabajos de alfabetización, pues entre otras cosas han promovido al reverendo que estaba aquí, le han trasladado a la capital y esperamos al que le venga a sustituir. Por lo menos un rato hablo con unos y con otros y veo que el ambiente es bueno y positivo.

Voy al taller a ver al mecánico y el vehículo esta en el soldador. Me prometen que vendrán en cuanto acabe la soldadura. He hecho el desplazamiento en la moto taxi, que es lo corriente por aquí.

A la hora de comer hay una boda en la iglesia, pero es el vicario del obispo quien viene para la misa y la ceremonia. Aparezco al final cuando están en el comedor, pues he estado durmiendo una buena siesta.

Por la tarde no voy a la novena Madonna y me quedo en casa leyendo y rezando. No he ido a los pueblos porque no estoy en forma y tampoco tengo el vehículo que está en el garaje para reparaciones.

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