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sábado, 20 de enero de 2018

20 de Enero de 2018

Sábado
He dormido bien, aunque me he despertado por la noche. Sigue haciendo fresco y el agua de la ducha está más fresca que de costumbre, pero siempre aguantable. Voy a la iglesia y expongo el Santísimo. Los fieles van llegando y a su hora rezamos juntos laudes. Acabamos de comenzar esta oración con los feligreses y les cuesta leer y encontrar las páginas, pero en el empeño estamos. Hay bastante gente en la iglesia para la misa y buen número llega con retraso.
Desayuno a la carrera y me voy a ver lo que han preparado para la sesión del compost y desde allí a la cárcel donde rezo con los que vienen. Sigo viviendo una experiencia en una nube, la gente es capaz de sonreír y todos tienen alguien como amigo, por lo que les felicito y les animo a que sigan en la tarea en especial con los que llegan nuevos. El reverendo que me acompaña está contento con el trabajo y me habla de alfabetización, algo para lo que intentaremos aportar los materiales necesarios.
En casa hay reunión del consejo de la parroquia. Nunca había sido tan largo, más de tres horas, pero positivo y esperanzador, en especial analizando la fiesta de la familia vivida en la parroquia y programando la cuaresma, el próximo tiempo litúrgico, además de otras muchas actividades
Comida corriendo, siesta de menos de cinco minutos, ducha y a los pueblos. Los del compost han acabado y se han ido antes. El maestro que me había hablado para que le llevara también se ha ido antes y me llevo a la gente que encuentro en el camino… Hoy una anécdota… Una señora de tamaño extra… Me llama la atención verla caminando y me paro, se sube al vehículo en la parte trasera y pone a todos los otros a su alrededor. Luce una amplia sonrisa y está más que satisfecha. Nunca había llevado a una pasajera de tanto volumen. A pesar de su situación, está muy ágil y se mueve con cierta facilidad.
En Nagoyon hay algunos maestros que no han ido a la sesión del compost y dos parejas que al final no hacemos más que rezar. Me paso un buen rato hablando con el líder de la comunidad. Están desilusionados porque les he ofrecido venir a una sesión y no les he pagado el transporte ni la comida, cosa que las ongs hacen y yo aprovecho para hacerles ver y saber que yo no soy ong y que ya va bien de depender de mí, que los adultos tienen que saber organizarse y en especial los que vienen conmigo para las reuniones de parejas. Todo esto en un ambiente calmo en el que las cosas se pueden decir y tomarlas en el aspecto positivo.
Uno de los comentarios que regularmente escucho es que las ongs han maleducado a la gente y lo compruebo, pero les hago ver bien claro que yo no quiero gente dependiente de mí y sí los que se valen por ellos mismos. Fácil de decir, no tan sencillo de aplicar a la realidad de cada momento.
En Tikonko están las parejas y tenemos la reunión. Hay tres y media y hoy  no vamos a casa de nadie. Una vez leído el evangelio, hacemos comentarios a una y otra cosa, les animo a tirar para adelante y a ser fuertes, pues veo que esta es la forma de fundar una comunidad con buenos cimientos.
La vuelta es de noche y no hay mucho tráfico, pero sí viajeros que acaban llenando el vehículo y estoy contento de poderles ofrecer un viaje que les ahorra un largo paseo.
En casa sin luz, que se soluciona con el generador y la conexión sigue renqueante y sin entrar los correos.



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