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miércoles, 3 de enero de 2018

3 de Enero de 2018

Miércoles


Voy a decir misa a un pueblo y hay poca gente. Tengo la sensación que amanece mucho más tarde que hace poco tiempo, no sé si será la realidad. El frescor hace que se esté bien durmiendo en la cama o en la estera.
En casa hemos comenzado con el rezo de laudes con la gente, una experiencia que costará introducir, pues no muchos saben leer, pero que estamos decididos a impulsar y que creemos que cambiará las cosas en la parroquia.
Voy a emigración a pedir un justificante, pues voy a viajar al aeropuerto a buscar a los que me vienen a ver, un matrimonio de Santander y un cura que ha estado en misiones en Brasil. Me paso más de tres horas en la carretera, pero sin ningún problema. Llego a Lungi y tengo tiempo de descansar antes de ir a recibir a los viajeros al aeropuerto. Es una sensación muy agradable el encontrarnos, venimos a la casa que tenemos los salesianos en Lungi y después de un rato de conversación nos vamos cada uno a descansar, pues el día ha sido largo e intenso para los viajeros.

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