Es último sábado y toca limpieza de la ciudad, cada
uno en su barrio, por lo que hasta las diez de la mañana no está previsto que
el personal se desplace de sus casas, lo que no impide el que vaya a Madonna a
decir la misa y que haya un buen grupo de gente presentes.
Vuelvo a casa y después del desayuno llamo al
fontanero que vendrá para ir juntos a la cárcel. Les llevamos materiales para
la alfabetización y nos reciben con aplausos. Me sigue impresionando el interés
que en la cárcel tienen por unos y otros.
Nos encontramos en la comida y veo que han preparado
ensalada de frutas en abundancia y doy las gracias porque es la primera vez que
se prepara desde que estoy por aquí.
Siesta, ducha y camino de los pueblos, pasando por la
granja donde dejo al fontanero y unas cuantas plantas de plátanos para poner en
nuestra finca.
En los pueblos hoy no puedo decir que haya sido un
éxito precisamente. Las parejas llegan pocas y tarde y luego hablamos de la
semana y la formación del compost y hay puntos en los que diferimos
notablemente. Algo que les hago ver claro es que no somos una ong y que no
actuamos como tal, cosa que me parece que entienden, pero que prefieren que no
sea así…
Acabamos un tanto tarde la reunión, pues hemos hablado
de muchos temas de la iglesia y alrededores. Después vengo rápido a Tikonko
donde me encuentro con una sola persona que espera y, visto el éxito, rezamos
juntos y me vengo a la granja donde me esperan el fontanero y su ayudante y
cargan el vehículo de leña que traigo a su casa. Ha anochecido y se ve
animación en la ciudad para el fin de semana.
Joseph y Christopher han cenado ya y están hablando en
el comedor. Seguimos un rato la conversación a la vez que me tomo el
plato de arroz previsto en el menú. Seguimos con el generador y la poca fuerza
de la conexión a internet.
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