Hoy es el Corpus
y celebramos la fiesta. En el primer pueblo la gente tarda un poco en venir,
pero al final acaban llegando y son numerosos. Empezamos la oración tratando de
recordar lo que vamos diciendo las semanas anteriores y eso nos ayuda a tener
presentes cosas que vamos diciendo y recordando, así es la
catequesis.
En la fiesta del Corpus, y como no hay gente que pueda comulgar, les
explico las cosas y les animo a
hacer comuniones espirituales, esperando que llegue el día en que se puedan
hacer sacramentales.
Percibo en
la relación con ellos que nos vamos comprendiendo y cuando les hago
explicaciones, se encuentran a gusto con lo que les digo y me siguen y recuerdan
lo que hemos hablado en semanas anteriores. Creo que el ambiente es agradable,
distendido y que se pueden sentir a gusto para rezar, que es el
objetivo.
El
que nos prometió que iba a venir a rezar, del pueblo a la orilla del río, no ha
llegado, Cuando se lo recuerdo a los maestros, me prometen que van a tratar de
contactarle.
Están
encantados cuando les doy la noticia de que el obispo piensa venir de visita y
les animo a preparar las cosas. Les prometo que el miércoles, que solemos rezar
juntos, nos podremos encontrar antes de la visita del obispo, el
jueves.
En el
camino de vuelta nos encontramos con un grupo de mujeres que va de camino y
están encantadas cuando las invitamos a entrar en el vehículo.
En el
segundo pueblo, hoy la misa es en Baley, me encuentro con la agradable sorpresa
que han preparado las cosas en el pasillo exterior de la escuela, lo que permite
tener mucho más espacio y que los críos estén cómodos y no hagan ruido. Les he
felicitado por la idea.
Hay un
grupo numeroso, pasan los ochenta y la mitad son adultos venidos de varios
pueblos. La celebración es agradable y familiar y vamos sobre las mismas pistas
que en el pueblo precedente.
En la procesión de
ofrendas hoy están presentes Daniel y Margarita con su hija Ana, la que traje
ayer a casa y que han venido desde el otro pueblo andando. Les bendigo y hago
que todos juntos recemos por la nueva feligresa para que dios la bendiga y le dé
una vida llena de bendiciones.
Cuando les
hablo de la venida del obispo, están encantados y después de la misa deciden
quedarse un rato y tener una reunión para ver de hacer los preparativos para
acogerle.
Me siento
candado al final de la mañana, pero las secuelas del paludismo son cada vez
menores y creo que ya haya pasado la cosa. Esperemos que no
vuelva..
Después de
comer y una buena siesta, que me permite recuperarme, voy a Lembema, el pueblo
de las sorpresas. Para empezar llego con un aguacero que todo lo inunda. Lo
único que hago es esperar pacientemente a que se pase la cosa, pero como estoy
en la carretera, hay motos y coches que pasan y me entretengo en sacarles fotos
en su paso por un charco que ahora es una piscina.
Me llama
la atención la habilidad de los que conducen las motos. Van cargados con pesados
bultos y van dos o tres personas en cada moto y son capaces de maniobrar con una
maestría y unos reflejos que yo no tengo.
Después de la tempestad viene la calma y acaba parando de llover y los
críos vienen a saludarme y yo aprovecho para salir del coche y hacer unas
cuantas fotos de los vehículos que pasan por el enorme charco que se ha formado
en el camino.
Luego nos dirigimos al
sitio en el que solemos rezar y allí nos vamos juntando unos cuantos críos y
algunos adultos. Hoy he traído un calendario para dar a alguien que me había
pedido y el día que vino no estaba presente. Hoy estaba a la puerta de casa
cosiendo afanosamente unos botones a una camia. Cuando vio el calendario se puso
muy contento y me lo agradeció varias veces. Le dije que le tenía que rezar cada
día a la Virgen, cosa que me prometió que haría.
Empezamos la oración
un grupito y lentamente se fue aumentando hasta que acabamos una cuarentena de
persona, diez adultos y el resto niños. Yo, consciente de la situación y con un
calendario más repartido en el pueblo, le he encomendado a María Auxiliadora que
haga su trabajo.
La
vuelta a casa ha sido tranquila, pues los caminos ya se han secado y cuando
llego me doy cuenta que aquí ni
siquiera ha llovido. Esta vez la tormenta ha sido bastante
local.
No hay comentarios:
Publicar un comentario