Estamos en los
días más largos del año y se nota, pues amanece mucho antes y anochece mucho más
tarde, aquí podemos hablar de las seis de la mañana y oscurecer más tarde de las
siete. La variación no es mucha, pues estamos cerca del ecuador para medir las
diferencias.
La mañana
la dedico a estudiar, leer, hacer la colada y después estar con Agustine, el
coadjutor que va a hacer los votos perpetuos a finales de julio, que está de
nuevo por aquí y nos viene a visitar. Comemos juntos y luego se va a hacer otras
visitas.
Por la tarde voy a los pueblos, hoy toca oración en Baley, pero empiezo
en Nyagorehun. Allí tenemos un encuentro para programar la visita del obispo y
saber lo que cada uno debe hacer. Intento que sean ellos los que se presenten
delante del obispo, mejor que hacerles yo el trabajo.
Finalizada la reunión vamos a rezar a Baley y hay un buen grupito de
personas, más de treinta, de los cuales la mitad son adultos. Los maestros están
un poco acatarrados, pero aún así están presentes en la
oración.
He
aprovechado unos momentos entre la llegada y el comienzo de la oración para
tratar de hablar con algunos de los que suelen estar presentes, pues me han
presentado a alguien que es un dirigente de la iglesia, a quien he visto tres
veces de pasada en cinco meses. Les trato de explicar que esas situaciones es
mejor que las pongamos en claro desde el principio y a quien viene se le acepta,
pero a quien no viene, se le hace ver que si quiere estar con nosotros es
necesaria su presencia regular.
Luego
hablo con la persona interesada y le explico lo mismo. Estamos muy contentos de
su presencia, pero pertenecer a la iglesia quiere decir hacerse presente en los
momentos de oración, los domingos en particular, así como a las reuniones y
encuentros de la comunidad. Me dice que lo hará a partir de
ahora.
A la vuelta el coche está lleno… Quieren buscar una cabra para regalarle
al obispo y necesitan venir en grupo a arreglar las cosas a Tikonko. Intento
comprender y tener paciencia, pues a veces hay que saber tolerar cuando no
tienen medida.
Nos ha llovido en el camino, pero por suerte cuando les dejo en su
destino ya ha dejado de llover y espero que no se mojen. La vuelta a casa es
tranquila, pues aunque en algunos sitios ha llovido, por lo general el camino
está seco y practicable.
Como es veinticuatro y es la conmemoración de María Auxiliadora, tenemos
un recuerdo especial en la oración ante la imagen del calendario y le pedimos su
bendición sobre cada uno de nosotros.
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