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martes, 24 de junio de 2014

24 de Junio de 2014

Martes

  Estamos en los días más largos del año y se nota, pues amanece mucho antes y anochece mucho más tarde, aquí podemos hablar de las seis de la mañana y oscurecer más tarde de las siete. La variación no es mucha, pues estamos cerca del ecuador para medir las diferencias.
       La mañana la dedico a estudiar, leer, hacer la colada y después estar con Agustine, el coadjutor que va a hacer los votos perpetuos a finales de julio, que está de nuevo por aquí y nos viene a visitar. Comemos juntos y luego se va a hacer otras visitas.
          Por la tarde voy a los pueblos, hoy toca oración en Baley, pero empiezo en Nyagorehun. Allí tenemos un encuentro para programar la visita del obispo y saber lo que cada uno debe hacer. Intento que sean ellos los que se presenten delante del obispo, mejor que hacerles yo el trabajo.
        Finalizada la reunión vamos a rezar a Baley y hay un buen grupito de personas, más de treinta, de los cuales la mitad son adultos. Los maestros están un poco acatarrados, pero aún así están presentes en la oración.
        He aprovechado unos momentos entre la llegada y el comienzo de la oración para tratar de hablar con algunos de los que suelen estar presentes, pues me han presentado a alguien que es un dirigente de la iglesia, a quien he visto tres veces de pasada en cinco meses. Les trato de explicar que esas situaciones es mejor que las pongamos en claro desde el principio y a quien viene se le acepta, pero a quien no viene, se le hace ver que si quiere estar con nosotros es necesaria su presencia regular.
       Luego hablo con la persona interesada y le explico lo mismo. Estamos muy contentos de su presencia, pero pertenecer a la iglesia quiere decir hacerse presente en los momentos de oración, los domingos en particular, así como a las reuniones y encuentros de la comunidad. Me dice que lo hará a partir de ahora.
         A la vuelta el coche está lleno… Quieren buscar una cabra para regalarle al obispo y necesitan venir en grupo a arreglar las cosas a Tikonko. Intento comprender y tener paciencia, pues a veces hay que saber tolerar cuando no tienen medida.
         Nos ha llovido en el camino, pero por suerte cuando les dejo en su destino ya ha dejado de llover y espero que no se mojen. La vuelta a casa es tranquila, pues aunque en algunos sitios ha llovido, por lo general el camino está seco y practicable.

         Como es veinticuatro y es la conmemoración de María Auxiliadora, tenemos un recuerdo especial en la oración ante la imagen del calendario y le pedimos su bendición sobre cada uno de nosotros.

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