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sábado, 7 de junio de 2014

7 de Junio de 2014

Sábado

Durante la mañana he tratado de hace vida normal y ver si por la tarde estaré en forma para la reunión de parejas. A ratos bien, a ratos flojo, pero acabo yendo y la gente está contenta, aunque ha coincidido con otra reunión y hay varios que no están…
       Hoy he intentado ensayar algo que quiero poner mañana para hablar del Espíritu como la luz. Y he encontrado un cuento sobre  la construcción de un faro en el desierto… Y a ver cómo me las apaño para darles algo que entiendan.
        He buscado en internet faros y desierto y me he presentado con las fotos de unos y de otros… Ninguno del grupo podía comprender lo que veía, pues el mar y le desierto son dos realidades que no conocen. Pero hay algo a lo que están prendidos, las imágenes, y como las paso varias veces acaban sabiendo identificar las cosas. Hemos estado más de media hora en el trabajo, pero al final hay ambiente, e intervienen unos y otros  y están contentos de lo que han visto.
        Luego viene el paso siguiente, un faro en el desierto en un sueño… Y nosotros ¿podemos soñar? La pregunta les sorprende y les digo que la piensen para mañana, porque les voy a preguntar qué tenemos nosotros que construir en cada uno de los pueblos…
         Están sorprendidos, pero saben que es un reto y que tienen algo que decir y no quiero forzar, pues mañana serán ellos los que intervengan frente a los otros y veremos a ver lo que pasa.
      Comparten alguna experiencia de rezar con otras parejas, pero no les doy mucho tiempo, pues es la hora y me voy a quedar con ellos a rezar para preparar la venida del Espíritu. Me sugieren rezar el rosario y antes de comenzar leo la primera lectura de mañana como ambientación.
        Durante el rezo del rosario, el personal va viniendo y al final hay más de una treintena presentes y les doy la bendición. Acto seguido la gente se presenta con ganas de viajar y el vehículo se llena… No sé cómo hacer, pero no distinguen entre necesidad y capricho, lo que me va a obligar a tomar medidas, pues el abuso es demasiado… Espero que mañana el Espíritu me sugiera algo positivo.
        La vuelta es sin problema, pues la pista está seca. En el control, dos policías me prometen su asistencia mañana a la misa.
      Me encuentro cansado con la fatiga del que ha tenido fiebre, pero resistiendo y espero mañana poder hacer lo mismo que hoy.


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