Durante la
mañana he tratado de hace vida normal y ver si por la tarde estaré en forma para
la reunión de parejas. A ratos bien, a ratos flojo, pero acabo yendo y la gente
está contenta, aunque ha coincidido con otra reunión y hay varios que no
están…
Hoy he
intentado ensayar algo que quiero poner mañana para hablar del Espíritu como la
luz. Y he encontrado un cuento sobre
la construcción de un faro en el desierto… Y a ver cómo me las apaño para
darles algo que entiendan.
He
buscado en internet faros y desierto y me he presentado con las fotos de unos y
de otros… Ninguno del grupo podía comprender lo que veía, pues el mar y le
desierto son dos realidades que no conocen. Pero hay algo a lo que están
prendidos, las imágenes, y como las paso varias veces acaban sabiendo
identificar las cosas. Hemos estado más de media hora en el trabajo, pero al
final hay ambiente, e intervienen unos y otros y están contentos de lo que han
visto.
Luego viene el paso siguiente, un faro en el desierto en un sueño… Y
nosotros ¿podemos soñar? La pregunta les sorprende y les digo que la piensen
para mañana, porque les voy a preguntar qué tenemos nosotros que construir en
cada uno de los pueblos…
Están sorprendidos, pero saben que es un reto y que tienen algo que decir
y no quiero forzar, pues mañana serán ellos los que intervengan frente a los
otros y veremos a ver lo que pasa.
Comparten alguna
experiencia de rezar con otras parejas, pero no les doy mucho tiempo, pues es la
hora y me voy a quedar con ellos a rezar para preparar la venida del Espíritu.
Me sugieren rezar el rosario y antes de comenzar leo la primera lectura de
mañana como ambientación.
Durante el rezo del rosario, el personal va viniendo y al final hay más
de una treintena presentes y les doy la bendición. Acto seguido la gente se
presenta con ganas de viajar y el vehículo se llena… No sé cómo hacer, pero no
distinguen entre necesidad y capricho, lo que me va a obligar a tomar medidas,
pues el abuso es demasiado… Espero que mañana el Espíritu me sugiera algo
positivo.
La
vuelta es sin problema, pues la pista está seca. En el control, dos policías me
prometen su asistencia mañana a la misa.
Me encuentro
cansado con la fatiga del que ha tenido fiebre, pero resistiendo y espero mañana
poder hacer lo mismo que hoy.
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