Como es último
sábado de mes, en todo el territorio nacional toca limpieza y no hay vehículos
que se desplacen antes de las diez de la mañana. Se supone que todo el mundo
está limpiando la casa, el barrio y las calles. Así también nosotros en casa nos
dedicamos a hacer una limpieza más esmerada.
Por la
tarde voy a la reunión de parejas. Hoy voy un poco antes pues solemos tener al
final de cada mes una reunión un poco más larga para ver de tratar temas que
afectan a la vida de las parejas, pero hemos tenido el problema de una mujer muy
joven que se queja del comportamiento de su marido… Como suelo hacer en estos
casos, me callo, me pongo al lado de alguien que me traduce y sigo lo que los
otros les van diciendo a la pareja concernida.
Sé que lo
de las parejas es un camino largo y paciente y cuando piensas que las cosas van
a funcionar, te encuentras que algo que pensabas que estaba superado, vuelve a
la carga y tienes que aceptar avanzar no al ritmo que quieres, sino al que te
marcan ellos.
Les he hecho ver
que con estas cosas el grupo no avanza y que tenemos que encontrar fórmulas para
hacer que estos problemas se resuelvan en familia, es decir, cuando hay una
situación así, no esperar a venir al grupo, sino dos parejas, hablar con los
interesados y solucionar el problema, que de eso son capaces sin necesidad del
grupo. Me dicen que es verdad y que intentarán hacerlo. Esperemos que así
sea.
Por
lo pronto hoy nos hemos centrado en
este problema y hemos dejado de lado otros, pero es la realidad la que marca el
ritmo de la reunión.
También hemos
tratado de dar responsabilidades en el grupo a cada pareja, de forma que cada
uno se sienta obligado a responder de una cosa concreta, siempre buscando el que
las parejas se impliquen positivamente en las reuniones.
Otra
cosa que les he hecho ver que hace más de un mes que no hay parejas nuevas y he
preguntado por las causas… La realidad es que encontrar parejas estables y
dispuestas a participar en las reuniones no resulta fácil. El nivel de vida
familiar en muchos aspectos está muy deteriorado y se nota mucho en la
desintegración de las familias, pero por lo menos me han dicho que siguen
buscando y visitando familias y que llegaremos pronto a
aumentar.
La visita del obispo ha sido todo un acontecimiento y las parejas lo
hacen ver, Están muy contentos de haber conocido al obispo y ha sido para ellos
un aire fresco en la vida de fe que viven que les ayuda en su quehacer
cotidiano.
Acabamos
previendo las cosas para la semana que viene y cambiamos la reunión al viernes,
pues coincide con otra que tienen bastantes del grupo en otro
lugar.
La vuelta
a casa, la furgoneta llena, lo mismo que a la ida, Siempre hay voluntarios que
se apuntan a viajar, pero ahora hay un cierto control y la gente colabora para
la construcción de la iglesia que proyectamos.
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