Después de la oración y el desayuno
nos pasamos un rato juntos Carlos y yo para ver las cosas que hay en una de las
maletas que han llegado. Después vamos al aeropuerto para preguntar por la otra
y vemos que no hay nada que hacer hasta por la tarde, todo está cerrado.
Aprovechamos un tiempo que nos queda de la mañana para ir hasta la playa, donde
Carlos se da un chapuzón en un agua poco limpia, pero era su ilusión y así he
tratado de darle gusto, pues el esfuerzo que ha hecho para venir no es poca
cosa y darle las gracias es esta la forma.
Después de comer y preparar la
maleta, nos traen al aeropuerto y lo primero vamos a buscar la maleta perdida,
pero nada nos saben decir al respecto, así que habrá que seguir buscando.
Embarcamos en el avión y llegamos a Ghana, donde yo acabo trayecto y Carlos
sigue hacia España. Muy agradecido por su trabajo y contentos de la experiencia
vivida y deseando que se repita.
Un taxi me trae a la casa de los
salesianos donde a la entrada, saludo a varios conocidos y, después de cenar y
tratar de conectarme sin éxito, me entrego en brazos de Morfeo, no sin antes
rezar un rato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario