Salgo pronto de Lungi y tengo
problemas para repostar porque la gasolinera no está abierta. Me las apaño con
un garrafón de estraperlo antes de llegar a la siguiente gasolinera que está
abierta.
Llego a Bo y me voy directamente a la
cárcel a rezar con los presos y me quieren poner problemas para entrar. Hoy les
digo que he hecho un esfuerzo para venir y que la semana pasada no me han
dejado entrar y que la que viene no puedo venir porque habrá limpieza y al
final me dejan entrar sin los papeleos de otras veces.
Dentro hay un buen ambiente. Siguen
siendo amigos entre ellos y están sonriendo. Hay varios nuevos y los que los
han traído están muy contentos de lo que han hecho y aprovecho para animarles a
seguir haciendo lo mismo que es el trabajo que Jesús nos ha dicho que hagamos,
al que está triste ayudarle.
Les cuento varios ejemplos de la experiencia que
he tenido en otras cárceles y les llama la atención lo que les digo. Un
cuentecito que siguen con interés pone broche final a una oración que me ha
resultado agradable y sincera.
Vengo a casa y hay una celebración en
la iglesia, pongo las cosas en orden y organizo el trabajo de la tarde en los
pueblos. Me da la hora de comer y lo de la iglesia no ha terminado, me voy a la
siesta, pues estoy cansado del viaje y al levantarme estoy un rato con
Christopher cambiando impresiones y noticias.
Me voy a los pueblos y me acompaña
Daniel que ha venido a Bo. Por el camino rezamos el rosario en mende, como
siempre que me acompaña Daniel. Llego a la hora justa y no hay gente, por lo
que me voy a dar una vuelta por el pueblo, ver lo que están haciendo de
semilleros y voy a Balei a ver lo que han hecho en la escuela. Me viene a ver
el maestro mayor y me dice que uno de los otros ha tenido un accidente… Se ha
caído del tejado, no eso era el gato, éste se ha caído de una palmera al
intentar cortar los frutos y tiene magulladuras y contusiones, pero por suerte
nada muy grave, por lo que me pareció. Rezamos un momento en su casa y me vine
a Tikonko donde un grupo de parejas está esperándome. Desde que han comenzado
el trabajo en nuestra finca se reúnen de forma regular y espero que podamos
hacer un buen trabajo con ellas al mismo tiempo que lo hacen en la finca.
El camino sigue siendo dificultoso y
polvoriento y al llegar a casa me alegro de poder soltar el volante y dejar
atrás el polvo. Ha venido Ibrahim del PDO y estará mañana por aquí para ver lo
que han hecho.
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