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sábado, 24 de noviembre de 2018

24 de Noviembre de 2018

Sábado


Salgo pronto de Lungi y tengo problemas para repostar porque la gasolinera no está abierta. Me las apaño con un garrafón de estraperlo antes de llegar a la siguiente gasolinera que está abierta.

Llego a Bo y me voy directamente a la cárcel a rezar con los presos y me quieren poner problemas para entrar. Hoy les digo que he hecho un esfuerzo para venir y que la semana pasada no me han dejado entrar y que la que viene no puedo venir porque habrá limpieza y al final me dejan entrar sin los papeleos de otras veces.

Dentro hay un buen ambiente. Siguen siendo amigos entre ellos y están sonriendo. Hay varios nuevos y los que los han traído están muy contentos de lo que han hecho y aprovecho para animarles a seguir haciendo lo mismo que es el trabajo que Jesús nos ha dicho que hagamos, al que está triste ayudarle. 

Les cuento varios ejemplos de la experiencia que he tenido en otras cárceles y les llama la atención lo que les digo. Un cuentecito que siguen con interés pone broche final a una oración que me ha resultado agradable y sincera.

Vengo a casa y hay una celebración en la iglesia, pongo las cosas en orden y organizo el trabajo de la tarde en los pueblos. Me da la hora de comer y lo de la iglesia no ha terminado, me voy a la siesta, pues estoy cansado del viaje y al levantarme estoy un rato con Christopher cambiando impresiones y noticias.

Me voy a los pueblos y me acompaña Daniel que ha venido a Bo. Por el camino rezamos el rosario en mende, como siempre que me acompaña Daniel. Llego a la hora justa y no hay gente, por lo que me voy a dar una vuelta por el pueblo, ver lo que están haciendo de semilleros y voy a Balei a ver lo que han hecho en la escuela. Me viene a ver el maestro mayor y me dice que uno de los otros ha tenido un accidente… Se ha caído del tejado, no eso era el gato, éste se ha caído de una palmera al intentar cortar los frutos y tiene magulladuras y contusiones, pero por suerte nada muy grave, por lo que me pareció. Rezamos un momento en su casa y me vine a Tikonko donde un grupo de parejas está esperándome. Desde que han comenzado el trabajo en nuestra finca se reúnen de forma regular y espero que podamos hacer un buen trabajo con ellas al mismo tiempo que lo hacen en la finca.

El camino sigue siendo dificultoso y polvoriento y al llegar a casa me alegro de poder soltar el volante y dejar atrás el polvo. Ha venido Ibrahim del PDO y estará mañana por aquí para ver lo que han hecho.

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