Ha habido luz toda la noche y la
tenemos por la mañana, cosa que se sale de lo ordinario, lo mismo que los que
vienen a rezar y a la misa, hoy hay unos pocos más que de ordinario. Los martes
damos la opción de ser ungidos con el óleo de los enfermos y todos se quedan
para recibir la unción al final de la misa.
Desayuno y voy a la finca a llevar
materiales y personal. Veo que las cosas están organizadas y me vuelvo a casa
donde después de un buen rato aparece Andreas con quien estoy hablando largo
rato. Necesitamos de estos encuentros para ponernos de acuerdo y saber hasta
dónde y por donde van las cosas y con buena voluntad las cosas se pueden hacer.
Se va a la finca y encuentra a
Mireia. Yo me quedo en casa esperando la gente del entierro y después de rezar
el rosario, aparece Christopher del viaje y le cedo los trastos para que se
encargue del funeral, mientras aprovecho para descansar un momento y después
irme a la finca y encontrarme con los conectores y llevar a su pueblo a los que
han estado trabajando y a la vez ver que en Balei en la escuela están haciendo
catecismo además de ayudar a los del último curso con clases de refuerzo.
El camino sigue siendo costoso y
lleva su tiempo el recorrerlo. Cuando llego a casa me espera Andreas a quien
doy unos papeles y se va, pues está cansado. Cenamos y me dedico a hacer la
crónica antes de ver los correos o las noticias.
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