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lunes, 5 de noviembre de 2018

5 de Noviembre de 2018

Lunes


Christopher ha ido a una reunión para preparar el capítulo y me quedo en casa con las labores de cada día. Hay bastante buen número de gente a la misa. Hemos rezado con las linternas porque ni el generador estaba listo.

Después del desayuno nos encontramos en la finca para preparar las plantaciones, primero de maíz, experiencia interesante para todos, además de ver la limpieza de otros sitios y posibilidades de plantar moringa. Aprovecho el momento para darme una vuelta por la finca, que ahora ya no es como era antes, una selva impenetrable, pero sigue siendo un esfuerzo y acabé sudando lo que quise y más.

Cuando vi que las cosas estaban organizabas y que avanzaban, me vine a dar una vuelta por la ciudad, visitar al mecánico, que siempre hay algún tornillo que apretar y a los que hacen moldes para los pozos, además de volver a casa por si alguien pedía recibirle en el despacho y así fue, una familia que  tiene mañana funeral, vinieron  a pedir cambio de hora en la misa.

Hoy sin siesta me voy a la finca de nuevo a llevar a los conectores y a Mireia, Luego vengo a buscar bananeras para seguir plantando en la finca y llevar al fontanero que limpie un rato la maleza que todo lo inunda.

Los que han venido a trabajar esta mañana regresan a destino a pie, suerte que un vehículo de alguien conocido pasó y les llevó a destino.

Sigo en la finca donde unos limpian, otros construyen y otros van trayendo moringa en pequeñas cantidades que veremos a ver cómo lo vamos plantando. Hoy no han acabado con la plantación del maíz y habrá que seguir mañana.

Le traigo al fontanero una carga de leña y vengo a casa donde ya me esperan para una misa de víspera de funeral en la que hay doble de gente al final que al principio. Es la costumbre, eso de llegar tarde, supera cualquier expectativa. Intento que sea una cosa familiar y cercana.

Christopher que pensaba volver hoy, me llama para advertirme de que tiene una avería en el vehículo… Esperemos que tenga suerte y no sea grave.

Me siento cansado por el ajetreo del día, pero muy motivado viendo las reacciones de la gente que con nosotros estaba y pensando en las posibilidades que tenemos de cambiar la situación de mucha gente y es lo que comento con Mireia que coincidimos en la apreciación. También tengo la preocupación por la plaga de langostas que hay en la finca, que además son pequeños y no hay forma de atacarles con eficacia…

Se va la luz del generador y escribo rápido antes de que descargue la batería.

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