He logrado dormir bien y me levanto
con ánimo, en el día de la medalla milagrosa. He tenido varias medallas en la
mano y reparto alguna. Voy a rezar a Nagoyon. He salido a las cinco y diez y
llego a las seis menos diez, cuarenta minutos para recorrer diez y seis
kilómetros… Pero la alegría de encontrar la gente en su puesto, rezando y
esperando la llegada del cura, da ánimos a cualquiera.
Celebro la misa de la Virgen y les
hablo de la medalla y les animo a esperar milagros. Tengo una reunión con los
líderes y discutimos largo y tendido sobre diversas actuaciones. Se dan cuenta
de que no estoy para darles dinero, sino para hacerles conscientes de que deben
saber ahorrar y utilizar el dinero responsablemente… Tarea nada fácil para
quienes han vivido siempre consumiendo lo que tienen y sin ahorrar. Pero por lo
menos me llevo la impresión de que quieren cambiar de forma de actuar y
esperemos que les sepa ayudar en el intento.
He vivido bastante tiempo con ellos y
cerca de ellos. Ahora con el proyecto moringa en marcha, se dan cuenta de que
hay muchas cosas que hacer y muchos retos a los que hacer frente y se ven un
poco agobiados por la responsabilidad de hacer las cosas, algo que me alegra y
les animo a que actúen y que lo hagan con buena voluntad y sin miedo que todos nos podemos equivocar.
Vuelvo con el vehículo lleno, dejo
algunos en la finca que van a trabajar, traigo otros a la ciudad, alguien que
viene al médico trae un bidón de aceite rojo para pagar la consulta y se le
rompe en el camino… Y el vehículo queda que a ver quién se sube porque el
aceite mancha que es un gusto.
Voy con Ibrahim al mecánico y luego a
la finca donde me encuentro con los que trabajan y con los que construyen. El
agua es la sensación y la bendición por el momento para todos.
Después de comer y dormir un rato,
salgo hacia pueblos, hoy voy a Balei donde están haciendo catecismo y les pongo
una peli de don Bosco que siguen con interés, aunque no sé si entienden alguna
cosa.
Al pasar por uno de los pueblos me
paro un momento para ver lo que están
haciendo en un pozo que han comenzado a perforar y les marco el sitio donde pueden encontrar
agua pues donde estaban trabajando no había agua y les ha salido roca que no
podían taladrar. Me dan las gracias y
les prometo ayuda si la necesitan.
Veo que le proyecto moringa va siendo
escuchado y creo que estamos ante un gran reto para explicar y hacer comprender
que nuestro objetivo es enviar a los críos a la escuela y que los padres les
puedan ayudar.
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