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viernes, 1 de febrero de 2019

1 de Febrero de 2019


Viernes

Nos levantamos con la luz de las linternas para comenzar el mes iluminados artificialmente, pero lo hago con ánimos y ganas de estar con la gente. Voy a rezar a Tikonko donde hay un grupo de gente ya rezando el rosario y otros van llegando posteriormente. Seguimos celebrando a Don Bosco y nos acordamos de los salesianos difuntos.

Terminada la oración vengo con los que trabajan en el campo a la finca y estoy un rato con ellos hasta que se hace hora y vuelvo a ver lo que pasa en la escuela de Lembema, donde uno de los maestros está cerca de la pompa regando los huertos que tienen y los demás vienen a la escuela, si bien con un poco de retraso, pero veo que están motivados y los alumnos llegan también con un cierto retraso, pero son seguidos por los maestros.

Me voy después, una vez más esta semana, a Balei donde los maestros han enviado a los críos a trabajar en un pueblo, es algo que se suele hacer con una cierta frecuencia y no extraña a nadie, aunque hubiera preferido que los alumnos estuvieran presentes con sus padres en la reunión que han convocado, pero tiempo habrá de ver lo que se hace para que unos y otros nos impliquemos en el aprendizaje de la lectura y escritura en inglés. No he querido ir más lejos porque no tengo a mano un libro que me llegará en el contenedor y entonces insistiré en el tema de leer el libro, pues ahora no tienen ningún libro para leer en la escuela, sólo sus cuadernos.

Vuelvo a casa pasando por la finca y cargado de gente que viaja y que viene a Bo. En la finca veo que seguimos con cosas que preferiría que cambiaran, pero en el intento estamos. Por l menos han comenzado a hacer los hoyos para hacer el compost, algo de lo que todo el mundo habla, pero que ninguno ha hecho.

Después de comer y echarme la siesta me llaman los que trabajan para que vuelva con ellos a sus pueblos y lo hago con la condición de ir a ver las fincas en las que van a plantar árboles, lo que me lleva un buen momento de la tarde y que es una experiencia diferente, el estar en plena floresta con un sendero estrecho de único camino y lo que es la naturaleza salvaje que te sobrecoge por su potencia y belleza.

Voy a la finca de dos de los que vienen conmigo, las de los otros están mucho más lejos y no me da tiempo a visitarlas hoy y cuando vuelvo también traigo a gente que aprovecha el vehículo, uno de ellos viene a una reunión que hacen personas interesadas en apicultura y me sorprende, pues me habían dicho que nadie estaba por este tema.

Hay un voluntario que va a venir a ayudarnos a hacer semilleros y es un entendido en apicultura y por eso estoy viendo lo que hay sobre esta materia en la zona. Y espero que pueda haber otras sorpresas inesperadas.

Vuelta a casa, cena, noticias, correos y conexión a ratos, pero por lo menos la hay.



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