Nos despertamos con luz. Voy a rezar a Mattru que sigue sin puente y seguimos yendo por el camino alternativo. No hay mucha gente y al final vamos a visitar a los mayores en las casas, cosa que agradecen.
Vengo a casa y llevo a Luis y a Henry a la finca y me estoy un rato con los trabajadores viendo lo que hacen y motivándoles en el trabajo. Vuelvo a casa para la adoración y me paso el resto de la mañana en la iglesia rezando y preparando las catequesis y homilías que debo hacer en la semana.
Después de comer vuelvo de nuevo a la iglesia que está sola, hay alguna mujer que viene y hace una visita, pero la adoración no es algo a lo que la gente esté acostumbrada. Sí se nota el calor, a lo que es más problemático acostumbrarse, las camisetas bien sudadas y en la cuerda a secar.
Después de la adoración, la misa concurrida, aunque no mucha gente, me preparo y voy a Towama para la misa por el señor que ha muerto, es la misa que se hace el día anterior al entierro y la iglesia está llena y hay gente fuera.
Me vuelvo a casa cansado y tarde, pero es momento de ver que el apostolado te pide eso, dar lo que tienes y lo que puedes y hacerlo con alegría.
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