Final de mes y nos acordamos de don Bosco. He dormido regular y el calor se deja sentir, en especial cuando se ha ido la luz.
Me levanto temprano y voy a pueblos donde tengo el primer reto, el maestro que se siente cansado y no le traigo a misa.
La lectura del ciego al que Jesús abre los ojos nos ayuda a comprender el camino que hay que hacer y las parejas viven esta realidad y la comunican. Los interesados están presentes y pensamos en una celebración, pero sin fechas aún.
Me acompañan los padrinos de las parejas de Tikonko y durante la misa les presentamos y animamos a todos en la tarea que les corresponde a cada uno. Creo que ha sido motivante la presentación de las parejas y de los padrinos y puede animar a otros en el empeño.
En Towama hacemos las mismas referencias, pero recordamos el funeral del viernes y los libros que se están repartiendo con facilidad y en gran número. Esperemos que lleguen a leerlos.
A la vuelta a casa hace calor y como un poco y echo una buena siesta. Luis ha salido por la mañana sin que le vea y le llamo cuando está a punto de cruzar para el aeropuerto y más tarde en el embarque y más tarde me llama desde Ghana donde ha hecho escala. Todo va viento en popa. Creo que ha hecho un buen trabajo y su estancia entre nosotros ha sido muy positiva.
Me doy una vuelta alrededor de casa para salir del calor y distraerme un poco. Los críos en la calle están siempre atentos a cualquier atención que les prestes. Viene la luz un momento y luego el generador hace el resto.
Y un mes más y una ocasión más para dar gracias a Dios por lo vivido y por lo realizado.
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