Vistas de página en total

sábado, 19 de abril de 2014

19 de Abril de 2014

Sábado

Salgo tempranito por la mañana, pues la gente reza a las seis y allí me presento cuando van a comenzar a rezar. Hay un buen número y en un momento de la oración intento explicar lo que es el silencio del viernes y sábado santos, al lado de la tumba de Jesús a la espera de la resurrección.
       Después de la oración nos juntamos un grupo de personas y por una parte explico lo que es la ceremonia de la vigilia y por otra vamos distribuyendo a cada uno de los presentes cargos y obligaciones, desde cantos a lecturas, además de otras cosas como el orden y la limpieza.
      Como es la primera vez que vamos a celebrar la vigilia en este pueblo, por una parte la gente está expectante para ver de qué se trata y por otra atenta a las explicaciones de cada una de las partes de la misma. Mientras repartimos encomiendas y ensayamos, también hago comentarios para que la gente pueda comprender y seguir mejor lo que celebramos.
       Me tomo la cosa con calma, pues la gente no tiene prisa y está atenta, así que aprovecho para hacer catequesis a la vez que repartimos tareas y ensayamos los cantos. Me dan las nueve en el pueblo y veo que la gente está contenta con lo que estamos haciendo y espero nos ayude a vivir mejor los oficios de la tarde.
      En casa, paso la mañana ultimando las cosas que necesito y ensayando lo que me toca en la ceremonia. Salgo a buscar una vela un poco más grande de lo normal, ya no digo un cirio, pues en el pueblo me han dicho que no tienen y recorro las tiendas sin encontrar nada. Habrá que suplir con imaginación lo que no encuentras en la realidad. Hago un envoltorio enrollado y le pongo un papel de regalo y en el extremo aparece la vela. Por lo menos es  algo que tiene mucho mayor tamaña y se puede hacer ver por la gente en la procesión. Lástima que la máquina de fotos no esté disponible, pues me he quedado sin batería y hasta el miércoles no tendré la que me envían desde España.
       Después de comer y echar la siesta, salimos hacia los pueblos. Tenemos problemas con una rueda que pierde aire y nos pasamos por el vulcanizador para aumentar el aire en la que pierde. Les cuesta mucho resolverlo, pues en el primer sitio que lo intentamos el compresor de aire no les funciona y ellos nos llevan a un segundo puesto donde finalmente obtenemos lo que deseamos.
      En el pueblo, la gente no tiene prisa y se echa encima la hora sin darse cuenta. Como no está muy oscurecido, tampoco me apresuro, pues cuanto más de noche sea, más vistosa será la procesión.
       Nos reunimos en torno al fuego que hemos preparado en una esquina del pueblo, lejos de la iglesia y con el fuego en plena combustión empiezo explicando las partes de la ceremonia de hoy a los presentes, una treintena de personas, adultos y niños.
       Como no hay velas suficientes para todos, se parten las que hay por la mitad y así tenemos todos un trozo. Bendecido el fuego y con la noche ya bien entrada, aquí oscurece  muy rápidamente, empezamos la procesión, no sin ciertos problemas con las velas, pues hay un cierto airecillo que nos da una sensación muy agradable de frescor, pero que nos apaga las velas con facilidad.
      Recorremos el espacio entre la fogata y la iglesia en plena oscuridad de la noche con las velas encendidas y los cantos; los del pueblo que no participan siguen la cosa desde fuera con respeto.
       La ceremonia la hacemos fuera de la iglesia, pues es demasiado pequeña para que entremos todos y hace calor suficiente para que todos estemos sudando, mientras que fuera el airecillo nos apaga las velas de vez en cuando, pero nos proporciona una agradable sensación de frescor y nos impide sudar.
       Como no hay nadie que pueda hacer el anuncio de la pascua, me toca hacerlo a mí. La gente no se esperaba que iba a ser cantado. Tengo la melodía aprendida de años anteriores, pero lo que me hace falta ahora es adaptarla a la nueva lengua. Me he pasado unas cuantas horas ensayando y  finalmente la cosa sale aceptable y para el gusto de la gente muy bien, pues no se imaginaban que pudiera hacerlo cantado.
      La liturgia de la palabra es tranquila y reposada, obstaculizada por los muchos insectos que vienen a la luz de la linterna, pero los lectores tienen la paciencia de soportar el inconveniente y leer en medio de la noche a la luz de la vela y de la linterna. A cada lectura hago un comentario que ayude a comprender mejor el mensaje que nos transmite. Las lecturas se hacen en inglés, pues no hay traducción en su lengua, por lo que se hacen despacio y con claridad para ayudar a los que tienen dificultades con el idioma.
      Como no hay bautizos, bendecimos el agua y hacemos la aspersión y pasamos a la eucaristía. Hoy lo hago en inglés, pues siendo de noche, con poca luz, con muchos insectos y en tal situación, me parece que intentar leer en su lengua es un sobresfuerzo que no compensa. Mañana con la luz del día será otra cosa y podremos intentar hacerlo en su lengua.
       Varias veces a lo largo de la celebración les he preguntado si están cansados y siempre me han respondido que no. Intento hacer la cosa llevadera para ellos y ayudarles a vivir lo que por primera vez estamos celebrando en su pueblo, la vigilia pascual.
      Empezamos a las siete y a las nueve y cuarto hemos acabado. En ningún momento había mirado el reloj, pues yo también me sentía a gusto con ellos y participando en lo que estábamos celebrando juntos.
       Algunos de los niños que participaban se han quedado dormidos y las madres les llevan a casa dormidos. Los demás nos despedimos hasta mañana. Llevo a los que han venido del pueblo de al lado en el coche y vuelvo a Tikonko, donde Jos todavía está en la celebración. La suya ha durado más de tres horas. Me uno a ellos y a la vuelta a casa  tenemos la sensación agradable de la participación de la gente y su buena disposición. Cenamos y nos vamos a la cama, que mañana nos espera otro día de celebración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario