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viernes, 25 de abril de 2014

25 de Abril de 2014

Viernes

 Se presenta un día con mucho movimiento, pero veremos en lo que va dando, pues muchas cosas pueden cambiar. Por lo pronto por la mañana después de desayunar, me dedico a limpiar la habitación de los insectos y luego a estudiar un rato la lengua, que se va viendo cada vez más complicada, pero que con paciencia iremos dominando.
        Después vamos al encuentro de los religiosos al centro de pastoral, no sin antes darnos una vuelta por los alrededores del pozo que están cavando. La gente está animada y van  a buen ritmo y por suerte el terreno no es difícil de trabajar.
       La reunión en el centro no se hace, pues la gente no se presenta y nos volvemos a casa por el mismo camino, visitando de nuevo a los que trabajan en el pozo y alentándolos en lo que están haciendo.
        Sigo estudiando un buen rato lengua y me preparo para la tarde, pero el obispo me llama y dice que no puede ir hoy a su pueblo, así que uno de los compromisos queda cancelado, lo que me permite tener más tiempo para dedicar a las parejas.
       Voy a Nyalehun, visito a la gente que están en pleno trabajo y nos preparamos para ir a visitar a los de Valehun.  El vehículo se llena, y dejamos atrás todavía a un grupo que espera la venida de un camión que llevará hojas de mandioca que han preparado en manojos, a la capital para el mercado. El trabajo que lleva preparar todo eso no es poquita cosa y los que participan, están agotados del esfuerzo realizado.     
       Al llegar a Valehun el personal no está  presente y los que han venido conmigo van a buscarlos a sus casas. Logramos hacer el encuentro con dos matrimonios, pues los demás no están en el pueblo, y la impresión que recibo es que están interesados y que les harán ver a los que no estaban que es algo que merece la pena. Sigamos rezando y veamos lo que las cosas dan de sí.
       Vuelvo a su pueblo a los que antes llevé a Valehun y en el camino hacia casa el vehículo se vuelve a llenar con los que encuentras en el camino y a quienes voy ya conociendo. Estoy contento de poder ofrecerles el servicio del transporte, en especial a mujeres que van muy cargadas.
       En casa, al oscurecer y con el grupo electrógeno en marcha, ceno en compañía de los muchos insectos que vienen.  Después intento abrir el correo y responder a quien me escribe y también hacer la crónica, pues el hacerla al final del día te permite tener las cosas mucho más cercanas que si lo dejas para días después. 

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