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sábado, 12 de mayo de 2018

12 de Mayo de 201

Sábado


Seguimos sin luz y rezando a la luz de las linterna por la mañana. Voy a Madonna y no es que haya mucha gente, pero sí pregunto al final de la misa los que han traído a alguien nuevo y me dicen que se sienten contentos de lo que han hecho y así animo a los otros a hacerlo otro día.

Traigo un buen número de gente que viene a la parroquia o a los alrededores y aprovechan el vehículo. Me desayuno con fruta que está muy buena y las sobras de la comida de ayer, que como no hace calor no se pierde durante la noche… Y me voy a la cárcel a rezar y a ver lo que ha sido del pozo desde ayer. También me paro en el mercado a comprar arroz para los albañiles que pienso que se les está acabando.

Cuando llego al lado del pozo veo rostros sonrientes que me vienen a saludar, son los del equipo del pozo que han encontrado agua y me dicen que en abundancia, pero que me darán los resultados al final del día. Veo lo que me enseñan, la roca granítica con una falla y ahí es donde estaba el gua…

Entro en la cárcel para rezar y estoy un buen rato con ellos, algo muy agradable, pues les he dicho que hoy he vivido dos cosas especiales, una es el anuncio del agua que tendrán con seguridad y la otra algo que siempre me agrada cuando llego y es que son capaces de sonreír y es verdad que el trato con ellos es muy agradable en especial cuando me cuentan lo que han vivido durante la semana y que es la amistad entre unos y otros y el  que la gente no se pelea.

Me paso por el taller del soldador, me da los pies de los bancos que quedan y en casa hago tiempo antes de comer preparando lo que llevaré por la tarde a los pueblos y leyendo un rato.

Me voy a los pueblos después de la siesta y en el camino alguien me para y me dice que quiere que venga a rezar a su pueblo con ellos… Le invito a contactar con el catequista que conoce y  le digo que recemos para que se allane el camino y podamos llegar a convertir el deseo en realidad.

En Nagoyon hoy la gente ni aparece. Me dicen que han ido a una ceremonia y otros a otros asuntos. Me pongo pacientemente al lado del albañil para que vaya fijando las patas de los bancos en el suelo, pues los bancos serán fijos y cuando están a punto de acabar, voy a rezar el rosario con los que se presentan en la casa de Daniel.

Me he olvidado de llevar camisetas de repuesto y la que tengo está empapada de sudor, así que aguantaré mojado hasta que me la pueda cambiar en casa… En el camino me llaman para decirme que la cantidad de agua del pozo de la cárcel es del alrededor de treinta mil litros por día, lo que es más que suficiente para las necesidades de la cárcel y me hace sentirme contento y agradecido.

La conexión a medias y a ratos, pero por lo menos he podido recibir los correos y leer las noticias.


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