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miércoles, 2 de mayo de 2018

2 de Mayo de 2018

Miércoles


No tenemos luz, pero ya nos hemos acostumbrado también  a las linternas y salimos adelante con los faroles. Hay alguien que ha encargado un novenario de misas y es conocido por lo que hay un cierto ambientillo cuando se presenta el novenario y aprovecho para decirles que la misa tiene que ser alegre y festiva y en especial en este tiempo de pascua. Están el grupo de siempre y les animo a que vengan numerosos mañana también que tenemos adoración y la misa es por la tarde.

Saludo y hablo un rato a los que han venido a misa, confieso a otros y después de desayunar me voy a ver lo que hay de trabajo. En Towama no hay nadie, en la finca hay un señor preparando la tierra, en Nagoyon descansan porque tienen problemas en las manos por tocar el cemento sin guantes… Me vuelvo a casa y trato de encontrar motivos para tener paciencia. Leo un rato, preparo catecismo en los pueblos, duermo un rato antes de comer  y así puedo salir antes hacia los pueblos.

Salgo pronto y me doy una vuelta por la ciudad. Compro un saco de arroz y varios de cemento y me paro en la finca para saludar al que trabaja y darle unos caramelos.

En Nagoyon descargo con la ayuda de los estudiantes que he encontrado en el camino y les he subido al vehículo y me voy a Balei para la reunión de los maestros, que en realidad se ve que no la han preparado.

Tengo tiempo suficiente para ir al pueblo del líder de la comunidad que ha estado enfermo y no le he podido visitar, pero se trata de ir a pie… Unos críos me siguen por su propia iniciativa y más de veinte minutos nos lleva el ir al pueblo donde no encuentro al que busco, pues ya ha ido a hacer alguna cosa fuera.

Me reciben con cariño, especialmente las mujeres,  pues es el pueblo en el que el año pasado les pusimos una bomba de agua que les ahorra el ir hasta el arroyo y les da salud. No hay mucha gente, pero los que están cada uno está a sus menesteres.  Voy a ver la bomba y está en buen estado y funcionando bien. Me ofrecen unos mangos y los  reparto entre los críos que me acompañan. También están algunos de los albañiles que han ido en la misma dirección y volvemos juntos.

He sudado lo que he querido y estoy empapado, Me cambio la camiseta, pero es que estoy empapado y con los pies sucios de andar el camino. Voy a Balei donde me han prometido que rezarán el rosario pronto y cuando llego ya están las cosas preparadas y unos cuantos van viniendo siendo al final una treintena. Sigo llevando a gente de un sitio a otro. En Nagoyon están ya rezando el rosario y rezo con ellos. Acaban siendo más de cuarenta, la mayoría críos.

Vuelvo al camino con compañía y desde la granja con el fontanero y la leña que ha preparado después de haber trabajado todo el día. Venimos a casa y descargamos la leña y me vengo para  la parroquia donde funciona la luz del generador y me conecto a internet, donde no hay nada de especial.


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