Vistas de página en total

martes, 8 de mayo de 2018

8 de Mayo de 2018

Martes


Seguimos con las linternas para variar tanto en casa como en la iglesia, pero ello no impide la oración devota. Para la oración de la mañana hay un grupito de gente que van viniendo regularmente y de vez en cuando alguno más se suma.

Voy a decir la misa a Madonna y cuando llamo a los estudiantes de ayer, aunque no todos están, por lo menos los que están han presentado a alguien y les felicitamos. Les doy una estampa de María Auxiliadora y la mar de contentos todos. También los martes es la misa por los enfermos y los que quieren vienen a recibir el aceite, que aquí son todos. Es bueno, porque crea ambiente y todos están invitados a participar.

Paso la mañana corriendo de un sitio para otro, desde hacer fotocopias a comprar medicamentos, acercarme a ver lo del pozo de la cárcel y encontrarme con no sé cuanta gente que me piden agua también para la cárcel de mujeres que está próxima a la de los hombre y me da que se puede hacer, pero que por el momento no tengo fondos, así que habrá que esperar, pero está en cartera la petición.

Hoy me he entrevistado un buen rato con el responsable, me ha mostrado la piedra que están cascando y les he animado porque he visto que les queda un poco más de un metro para llegar a la nueva capa de agua abundante. Me voy con el contratista a pagar las celosías que han hecho y luego voy al mecánico a que cambie unas luces en el vehículo.

También me han venido a ver para cuestión de escribir algo en los pozos que estamos haciendo, pero la persona que ha venido ha sido incapaz de darme un contacto con quien busco, así que sigo esperando.

Hoy hemos llegado todos a comer antes de la hora, en particular tenía hambre porque desayuné poco y después me eché una buena siesta a la sombra del ventilador. Me llama Daniel que quiere que le lleve cemento y aprovecho para llevar también para la iglesia y ver que han puesto una capa enorme de cobertura y han gastado más cemento de lo que podía imaginar.

Estoy tomando medidas y haciendo cálculos un buen rato para mañana llevar lo que los albañiles necesitan para continuar el trabajo hasta que llega la hora del rosario que rezamos unos poquitos porque los otros han ido a otro pueblo y cuando acabamos salgo pitando hacia Tikonko y me encuentro a la gente que lleva la estatua hacia la casa en la que vamos a rezar. Aprovecho que aún vamos a esperar un poco y voy a visitar a dos hombres que sé que están en casa y no suelen venir a rezar… Creo que no se esperaban mi visita, pero a pesar de la invitación, no han venido a rezar. Esperemos a ver si mañana hay más suerte.

Tengo compañía en el viaje de vuelta y llego a casa más de las nueve. Hay una ensalada de fruta fresca y deliciosa que me reconforta y luego me pongo al ordenador para leer las noticias, ver los correos y hacer la crónica. Hoy hay conexión.

Estoy cansado del día, porque con el calor las cosas se hacen más pesadas, pero satisfecho de lo realizado y esperando mañana hacer más y mejor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario