un poco de lluvia. Rezo con Stephen y luego cada uno vamos a nuestro
trabajo. Dedico la mañana a estudiar y leer, de forma particular trato de
apañármelas con los verbos en mende para ver si me familiarizo con los
diferentes tiempos.
Me viene a
ver una monja para invitarme al lanzamiento de la radio de la diócesis que va a
tener lugar este sábado por la mañana. Le prometo estar presente si no tengo
profesor de lengua, pues suele venir los sábados por la
mañana.
Para la
comida hemos abierto una lata de alcachofas de las que vinieron en el
contenedor, pero para Stephen ya le he dicho al coci que prepare arroz, pues por
aquí no están acostumbrados a tomar verduras de esta manera. Por lo menos las
prueba y no le hace ascos.
Después de
comer y dormir, sigo con el estudio y la lectura. Leo el evangelio en mende de
forma que el domingo lo pueda tener bien preparado. A la gente le encanta oírme
leer en su lengua pero me lleva su tiempo el prepararlo.
Cuando
salimos de la oración de la tarde me vienen a pedir si puedo decir la misa en la
parroquia los próximos días. Es algo para lo que siempre estoy disponible, pues
ya deberíamos habernos encargado de ella y todavía estamos esperando al que será
el párroco. Esperemos que no tarde en venir.
Stephen
viene de nuevo a lo del catecismo. Hoy está más en forma que ayer y también
aprovecho para hablarle de liturgia y de la vida religiosa en la iglesia, cosas
en las que está bastante pez. Por ello utilizo cualquier momento para ayudarle a
que sepa algo más y le animo a que lea todo lo que pueda.
Hoy
le ha llamado la atención cuando me ha visto estudiar, el que tenga unos cuantos
libros y que me maneje con ellos. Es que ellos suelen tener un libro o un
cuaderno de apuntes y no llegan a poder consultar mucho más. Le digo que es la
forma normal de estudiar, hacerlo con diversas fuentes y un libro ayuda al otro
y así vas viendo las cosas en diferentes ángulos y
perspectivas.
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