Último sábado de
mes y tocan tareas de limpieza hasta las diez de la mañana, quizás por eso no hay tanta gente en la parroquia.
Cuando volvemos de misa Serguei y los suyos se preparan para
desayunar.
Dedico la mañana a la limpieza y a estudiar un buen rato, además de ir a
buscar formas y hablar con alguien que me viene a
ver.
Después de
comer hay misa para los del “movimiento misionero salesiano”, es Serguei quien
se la dice y a continuación tienen reunión. Hay diez personas presentes. Acto
seguido Serguei va con sus jugadores de disputar un encuentro que han programado
en Kenema y yo me comprometo a sustituirle en la misa que él debería decir por
un difunto, que al final tardan en venir a buscarme y la hacemos siendo noche
cerrada.
Los
de Kenema han ido, han jugado y han ganado y por eso están contentos. En la misa
que digo en la casa del finado, es la de los cuarenta días, hay un buen número
de gente y voy conociendo a algunos de los participantes.
En casa ya han
acabado de cenar cuando vuelvo y como han jugado y están cansados, se retiran
pronto a dormir. Serguei conversa un momento con nosotros, pero también se
retira cansado a dormir.
Nos ha llamado el obispo para decirnos que mañana estará presente en la
segunda misa de la parroquia. Animo
sugiere a Samuel que esté presente en la misa del obispo y Serguei estará como
concelebrante. Creo que es un detalle que el obispo quiere tener con nosotros y
tratará de presentarnos a los feligreses.
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