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jueves, 19 de noviembre de 2015

19 Noviermbre de 2015

Jueves

  La misa en la parroquia abre el comienzo de las actividades de la mañana. Después del desayuno salgo rápidamente hacia la escuela de Balei, mientras Samuel ha invitado a desayunar a una moza porque es su cumpleaños. Después se irá a la capital para una reunión de pastoral.
      En el camino hacia la escuela siempre se encuentran transeúntes a pie y están contentos de que les lleves un trecho en el vehículo. Me paro en Nagoyon antes de llegar a Balei y saludo a Daniel, que hoy  no ha ido al campo.
       En la escuela los críos están más o menos presentes, pues hay unas cuantas ausencias. Les doy tiempo a que se organicen y hagan las cosas en serio y me encuentro con Daniel que viene a visitar la escuela y hablamos un buen rato sobre muchas cosas, las parejas, la escuela, los proyectos a realizar… Luego, en la escuela,  hablo un rato con el maestro jubilado, pues sólo tiene un alumno en clase. Le digo que quiero hablar con los otros maestros y que lo haremos en el recreo para no interrumpir la clase de los alumnos.
      Cuando comenzamos la reunión, los maestros están un poco sorprendidos. Luego me entero que es la primera vez que se reúnen… Y les llama la atención mi actitud de escucharles lo que me dicen, de preguntarles por cosas de la escuela y de pedirles colaboración en muchos asuntos que otras veces solían ser problema del encargado.
     Quedamos en que hagan una lista con cosas que se necesitan, sugerencias y preguntas, además de planificar lo que queda de clases y exámenes y que nos encontraremos el sábado después de la reunión de parejas… Les veo contentos de la experiencia y veo que tenemos que encontrarnos con mayor frecuencia y darles mucha más cancha y hacer que ellos sean mucho más protagonistas en la vida de la escuela si quiero que la cosa funcione mejor.
        Vuelvo a casa y con viajeros siempre encontrados en el camino. Samuel ya se ha ido y hay alguien que ha venido a verle, pero también ha llegado tarde.
         Aún no ha llovido y sigue el calor y el sudor. Voy a Mattru. Visito a los enfermos, unos están en casa y otros han sido llevados al hospital. El que visito regularmente, allí está consumiéndose poco a poco. Hoy ha rezado, aunque con dificultad. He estado un rato junto a él y me agarra la mano con cierta firmeza.
       A la vuelta también hay voluntarios para el vehículo, unos cuantos que vienen de una ceremonia y que están bien cargados. Por lo menos la vuelta a la ciudad les ha salido con suerte.

        En casa rezamos juntos con Stephen y el coci que se nos ha sumado y quien manifiesta buen interés.

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