La noche ha sido tranquila y he podido dormir, pues ha llovido y se nota
en que el ambiente refresca. Ha venido a verme Stephen, un estudiante de la uni
que tiene un trabajo que hacer y necesita tiempo de preparación y una cierta
tranquilidad. Es también un candidato a la vida salesiana. Me ha dicho si se
puede quedar unos días aquí y, como estoy solo, me ha parecido que es bueno para
él y para mí, así estaremos acompañados los dos.
Poco
después del desayuno, se presenta Paul, que trabaja durante un buen rato, lo
mismo que intento hacer yo componiendo el esquema de los verbos en mende. Hay
algunas cosas que todavía no tengo muy claras, pero en general veo que lo voy
comprendiendo.
Se suma un hermano de Paul que viene al final de la mañana y comemos
juntos, pues además alguien nos ha traído una cesta con una comida para varios.
Esto es algo que suele pasar con cierta frecuencia, que la gente prepare de
comer para el cura y es lo que regularmente hacen en dos pueblos cada
domingo.
Cuando
estoy dispuesto a salir para el pueblo para la reunión de parejas me llama
Daniel, que está en Bo y quiere ir al mercado a comprar cosas. Le digo que se dé
prisa, pues miro el reloj, pero bien me doy cuenta que tocará esperar y llegar
tarde, algo que no me gusta, pero a veces las circunstancias mandan más que lo
que tú quieres.
Cuando ya va mucho rato de espera, decido dar una vuelta por el mercado,
donde me ha dicho que está comprando… Hoy hay la gente que no ha habido en
muchos meses anteriores, pues como acaban de declarar el país libre de ébola,
todos han salido a la calle a celebrarlo y no hay forma de avanzar, todo está
invadido de gente y vehículos, motos en especial.
Por fin
salimos con más de una hora de retraso. En el camino hacemos de samaritanos para
unos cuantos que van a pie y que están encantados de que se les transporte. Y
siempre hay candidatos.
La reunión
de las parejas, hoy es muy especial, pues el hecho de que una haya enterrado a
su hija ayer, es algo que pesa sobre todos nosotros; aunque veo la aceptación
que tiene de lo que ha ocurrido y se ponen en las manos de Dios… Yo me doy
cuenta de la enorme necesidad que tenemos de una presencia de religiosas que
hagan el trabajo de estar cerca de las mujeres y trabajar con los niños… Y se lo
sigo pidiendo al Señor.
Voy a ver
la tumba donde han sepultado a la niña. Está cerca de la que han hecho para el
señor mayor que ha muerto hace poco y también hay otra de un bebé que ha muerto
hace pocas semanas. Aquí mueren más críos que ancianos…
La vuelta a casa es tranquila. Hay luz y conexión y se desata una lluvia
torrencial que dura un buen rato. Por la noche tendremos cierto frescor y se
podrá dormir sin sudar demasiado.
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