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sábado, 7 de noviembre de 2015

7 de Noviembre de 2015

Sábado

La noche ha sido tranquila y he podido dormir, pues ha llovido y se nota en que el ambiente refresca. Ha venido a verme Stephen, un estudiante de la uni que tiene un trabajo que hacer y necesita tiempo de preparación y una cierta tranquilidad. Es también un candidato a la vida salesiana. Me ha dicho si se puede quedar unos días aquí y, como estoy solo, me ha parecido que es bueno para él y para mí, así estaremos acompañados los dos.
       Poco después del desayuno, se presenta Paul, que trabaja durante un buen rato, lo mismo que intento hacer yo componiendo el esquema de los verbos en mende. Hay algunas cosas que todavía no tengo muy claras, pero en general veo que lo voy comprendiendo.
     Se suma un hermano de Paul que viene al final de la mañana y comemos juntos, pues además alguien nos ha traído una cesta con una comida para varios. Esto es algo que suele pasar con cierta frecuencia, que la gente prepare de comer para el cura y es lo que regularmente hacen en dos pueblos cada domingo.
       Cuando estoy dispuesto a salir para el pueblo para la reunión de parejas me llama Daniel, que está en Bo y quiere ir al mercado a comprar cosas. Le digo que se dé prisa, pues miro el reloj, pero bien me doy cuenta que tocará esperar y llegar tarde, algo que no me gusta, pero a veces las circunstancias mandan más que lo que tú quieres.
      Cuando ya va mucho rato de espera, decido dar una vuelta por el mercado, donde me ha dicho que está comprando… Hoy hay la gente que no ha habido en muchos meses anteriores, pues como acaban de declarar el país libre de ébola, todos han salido a la calle a celebrarlo y no hay forma de avanzar, todo está invadido de gente y vehículos, motos en especial.
       Por fin salimos con más de una hora de retraso. En el camino hacemos de samaritanos para unos cuantos que van a pie y que están encantados de que se les transporte. Y siempre hay candidatos.
       La reunión de las parejas, hoy es muy especial, pues el hecho de que una haya enterrado a su hija ayer, es algo que pesa sobre todos nosotros; aunque veo la aceptación que tiene de lo que ha ocurrido y se ponen en las manos de Dios… Yo me doy cuenta de la enorme necesidad que tenemos de una presencia de religiosas que hagan el trabajo de estar cerca de las mujeres y trabajar con los niños… Y se lo sigo pidiendo al Señor.
       Voy a ver la tumba donde han sepultado a la niña. Está cerca de la que han hecho para el señor mayor que ha muerto hace poco y también hay otra de un bebé que ha muerto hace pocas semanas. Aquí mueren más críos que ancianos…

      La vuelta a casa es tranquila. Hay luz y conexión y se desata una lluvia torrencial que dura un buen rato. Por la noche tendremos cierto frescor y se podrá dormir sin sudar demasiado.

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