Después de la
misa y el desayuno, viendo la situación de cada uno, Samuel se queda en casa y
trata de hacer algunas cosas que tiene pendientes y yo acompaño a Coco a
Gondama, la escuela que nos queda por visitar. Vamos en coche para evitar el
polvo que es lo que nos tiene un poco acatarrados a
todos.
El
camino hacia Gondama es de bastante buen asfalto, lo que no nos crea mucho
problema, si no es en los tramos en los que no hay asfalto y sí mucho polvo.
A nuestra
llegada al cuartel nos acogen amablemente, nos presentan a las autoridades y
finalmente estamos con un sargento que es también catequista y se encarga de la
dirección de la escuela del cuartel. Es una persona agradable y atenta que ya
conozco de otras veces y que es el alma de la escuela, pues es él con su
entusiasmo quien hace que las cosas funcionen y que además funcionen
bien.
Para empezar nos
damos una vuelta por el interior del cuartel donde la tropa está haciendo
ejercicios, pues tienen un encuentro el sábado y se están entrenando. A ritmo de
tambores recorremos los diversos sitios y vemos las instalaciones, en particular
las de la escuela y me llama la atención que los edificios nuevos para la
escuela que ya había visto iniciados el año pasado, siguen en la misma
situación… La ong que les apoyaba ha desaparecido y ha dejado el trabajo
empantanado y no saben qué hacer…
Es una de las experiencias defraudantes de muchas ong que no son serias o que
por diversos motivos, dejan el trabajo asignado sin
concluir.
Tienen buen
número de alumnos, (cerca de trescientos) y se las apañan como pueden para
acomodarlos para la clase entre el edificio del antiguo chiringuito del bar que
se ha acomodado para la clase de tres cursos y la antigua mezquita que está
adaptada para los otros tres. Además tienen más de un ciento en preescolar, lo
que hace que el efectivo sea numeroso en la escuela. También, según nos indica
el profesor, los buenos resultados hacen que de otras escuelas busquen venir a
una donde impera la seriedad en las clases y en cumplir los
horarios.
La
entrevista con el profe-sargento, nos lleva casi dos horas y en ella tenemos
muchos puntos de información y estadísticas. Es una persona organizada y sabe lo
que se trae entre manos, cosa que aligera bastante el trabajo. Tenemos todos los
datos que le hemos preguntado y está disponible para más si es
necesario.
Samuel ha ido de compras, pero ya ha vuelto para cuando nosotros
llegamos; comemos un poco antes de la una y después nos echamos un rato la
siesta pues todo el mundo está cansado.
Coco
sigue preparando cosas, pues piensa viajar el fin de semana hacia el sur, donde
sueña en realizar algo como lo que ha hecho hasta ahora en el norte del país, si
es que se encuentra en forma y el catarro se lo
permite.
Samuel y yo vamos a Mattru. Yo visito a enfermos y mayores y rezo con
ellos, mientras Samuel espera pacientemente en el vehículo a la entrada de la
iglesia a los críos que nunca llegan y cuando me presento después de haber
saludado a los mayores del pueblo, emprendemos la vuelta a casa. Hay poca gente
en el pueblo y hay muchos que no han regresado de sus
granjas.
En casa, cenamos, rezamos y luego tratamos de conectarnos a Internet para
recibir y enviar noticias y estar al día en lo que pasa en el
mundo.
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