Hoy que es
la Virgen de Guadalupe, lo celebramos en la misa y explico la importancia de la
advocación en América y en Méjico en especial. Les llama la atención los
milagros que les cuento y todos rezamos por unos y por otros, siguiendo
mensajes.
Al acabar la misa en la parroquia, el vicario del obispo, que es el cura
al que vamos a sustituir en la parroquia nosotros, me llama para decirme que el
lunes por la mañana estarán por aquí para ver el estado de la casa, pues hemos
hablado de hacer un intercambio, ellos vienen a la casa donde nosotros vivimos
ahora y nosotros vamos a la casa donde ellos viven, así nosotros estamos cerca
del sitio de trabajo, en la parroquia, y ellos libres de otras preocupaciones,
pues la gente de la parroquia no vendrá a
importunarles.
Hoy he decidido enviar las felicitaciones navideñas y me doy cuenta la
gran cantidad de gente a la que las envío, pasan de ciento cincuenta… Y en
cuanto las envío, ya hay quien me contesta a vuelta de correo. Por lo menos ha
habido suerte de que en toda la mañana ha habido conexión y luz y los mensajes
han salido.
Samuel ha preparado un encuentro con jóvenes del grupo misionero y a las
dos comenzamos la reunión con la misa. Hay un grupo de una quincena y hacemos
que la misa sea participada y damos a conocer a la Virgen de Guadalupe, que no
es muy conocida por aquí.
Después de la misa ellos siguen la reunión y yo voy a los pueblos para el
encuentro con las parejas y a la vuelta todavía me queda una misa de las que se
suelen hacer aquí los sábados por la noche en la casa de las personas que han
muerto. Hoy es una misa por los cuarenta días de la muerte de un padre de
familia. La hacemos en una casa que ha sido preparada para acoger gente y cuando
acabamos nos dicen que se continuará mañana después de misa en la
parroquia.
Samuel está cansado y se va apronto a dormir. Yo trato de trabajar un
poco,
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