Vistas de página en total

jueves, 31 de diciembre de 2015

31 de Diciembre 2015

Jueves

Y hemos llegado al último día del año. Creo que es un momento muy especial para ser vivido de una forma particular. Mientras en otras latitudes la gente se prepara a vivir una noche de fiesta, y aquí también en muchos sitios, por lo menos en muchas parroquias hay invitación a participar en vigilias de mayor o menor duración en las que se agradece a Dios el año vivido y se le pide que nos bendiga en el que empezamos.
      Por la mañana tenemos misa en la parroquia, como cada día y la asistencia es buena, a pesar de que el harmatán se hace sentir, especialmente el fresco, más que el polvo. Cada día me ducho con al agua fría del grifo y hoy he notado que estaba un poco más fresca que los otros días, pero se puede aguantar.
     Después del desayuno espero al fontanero y al carpintero pero ninguno de los dos vienen.  Hago algunas compras en el mercado y como y duermo un rato. José, que así se llama el cura que viene a encargarse de la parroquia me ha dicho que llegará por la tarde y me preparo para su llegada, pero se presenta con otros dos salesianos mucho antes de lo previsto. Como no tenemos cocinero y no han comido y es tarde, nos vamos a comer a un sitio que hay no lejos de casa y que te sirven bien y no es caro.
        Desde allí llamamos al obispo para saludarle, pero nos dice que acaba de morir un sacerdote que tenía cáncer y que ya nos veremos en otro momento. Con lo que nos volvemos a casa y comenzamos a pensar en preparar las cosas para la vigilia que  habrá en la parroquia y en uno de los pueblos.
        Tenemos un rato de encuentro en el que intercambiamos impresiones y puntos de vista. Él ha venido con la mejor buena voluntad y está dispuesto a hacer las cosas lo mejor que pueda, Yo tengo una buena opinión de él y ahora le veo con agrado cuando me explica su pensamiento. Creo que podremos colaborar y tratar de hacer un buen servicio a la parroquia que nos han confiado.
        Los otros dos curas que han venido van a dormir en casa de su familia, pues aquí como estamos de mudanza no tenemos sitio para nada y así les llevo a su casa, les dejo con la familia y luego vendrán para la vigilia a la parroquia. Yo vuelvo a casa y sigo hablando un buen rato con José y los dos seguimos al carpintero que está trabajando en acondicionar una habitación para uno de los curas que van a venir.
        Cuando es hora nos ponemos en marcha, José hacia la parroquia y yo hacia un pueblo, Towama, donde tendremos la vigilia, muy familiar, una misa de acción de gracias participada por bastante gente y en la que creo que nos encontramos a gusto en la celebración, pues participamos en los diversos momentos y animo a que unos y otros intervengan.
         Damos gracias a Dios por el año que hemos vivido, le pedimos su bendición para el que vamos a comenzar y le pedimos muchas cosas para el año de la misericordia que hemos comenzado, en particular que nos convierta y nos acerque a Él.
         Entre las ofrendas que han presentado hay un gallo vivo que traigo a casa y por la mañana se encarga de ser el despertador, y una botellita muy envuelta que cuando la abro veo que es una bebida alcohólica de la que no doy el nombre para no hacer publicidad… Qué poco me conocen en ese terreno…

        Cuando vuelvo a casa en la parroquia no han concluido, pero me voy a dormir, pues mañana me toca madrugar… Creo que es un año en el que hemos vivido muchas experiencias diferentes, quizás el ébola ha sido de las más marcantes, pero no la única; y en todo quiero agradecer al Señor los signos de cercanía y las experiencias vividas con la gente, la de los pueblos en particular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario