Ayer
recibí una llamada y me advierten que tenemos reunión de los salesianos en Lungi
el jueves, lo que quiere decir que nosotros tendremos que acudir el día anterior
para poder estar a la hora, lo que quiere decir que tenemos que viajar
hoy.
Después
de misa me aseguro que un cura
pueda decir la misa mañana en la parroquia y comenzamos a hacer los preparativos
para el viaje. Pensamos llevar algunas cosas que nos quedan del contenedor a las
monjas y también un colchón a la familia de Samuel. Nos acompaña Stephen, el
aspirante que tiene familia en Lungi y a quien hemos invitado, pues tenemos
sitio en el vehículo.
Hay un
problema eléctrico en el vehículo y paso por el taller, parece ser que es un
simple fusible que hay que cambiar. También voy a la oficina de inmigración y
descubro con sorpresa que el visado que cada año tienes que renovar y que era
gratis lo han puesto a unos precios muy altos, aunque por suerte para los
misioneros, es de los más bajos. Se quedan con el pasaporte y la visa y me dan
una fotocopia para que pueda viajar.
Después de comer salimos con tiempo, pues hay que intentar no viajar de
noche. Todo pasa según lo previsto y llegamos sin novedad a
destino.
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