Después de la misa en la parroquia, hoy es nuestro turno de visitar la
casa en la que vamos a vivir. Los que ayer vinieron como visitantes hoy nos
acogen como anfitriones y el más joven nos lleva por las diferentes
dependencias, pues el otro se mueve difícilmente.
Encontramos una casa grande y espaciosa, de dos pisos y con habitaciones
enormemente grandes. Para nosotros es una cosa muy buena, pues hasta ahora hemos
estado siempre con poco sitio, pero el inconveniente que tenemos es que la casa
está bastante deteriorada. Habrá que pensar en una renovación grande, empezando
por la pintura y siguiendo por la reparación de muchas de las dependencias, pero
estamos dispuestos, pues estaremos cerca de la gente y nos permitirá mucho más
juego a la hora de servir a los parroquianos.
Después
del desayuno, Coco se prepara para partir. Estoy un rato con él mientras recoge
sus trastos y disfrutamos hablando del trabajo que juntos hemos realizado y de
la amistad compartida. En el último minuto nos damos la mano y nos deseamos
suerte, pues ahora empieza su trabajo de construcción de escuelas en el norte.
Buen viaje y hasta que quieras volver de nuevo por
aquí.
Samuel va
al banco a hacer alguna gestión y yo me pongo en contacto con el obispo con
quien quiero comentar alguna cosa de los pueblos. Me recibe en su casa, pues ha
tenido malaria y se le nota claramente que aún no está recuperado, pero me
dedica el tiempo que necesito y está muy atento a lo que le pregunto y me
contesta con mucha amabilidad.
Entre las
propuestas que le he presentado, he llevado un libro en inglés editado por los
alemanes de ayuda a la Iglesia necesitada, que se hace en Navarra, que puede ser
muy bueno para los críos de las escuelas y también le sugiero que se puede
traducir en mende, la lengua local, cosa que le parece interesante y que parece
tomar con empeño.
Después de comer
y echar un rato la siesta, recibo a Stephen, que viene a verme para el
catecismo. La experiencia que ha tenido de leer un libro y comentarlo, le hace
sentirse muy a gusto y el rato que estamos juntos le animo a que siga, a la vez
que le hago ver que se pueden aprender muchas cosas sobre la Iglesia buscando en
internet. Como han venido algunos jóvenes más, también les animamos a que se
unan para leer el catecismo. Esperemos que la iniciativa cuaje.
Ha venido el hermano pequeño de Samuel y se queda con nosotros. Por la
tarde han ido a visitar a algún familiar que vive en la ciudad y vienen a la
hora de cenar.
Vista la experiencia de la casa, se me ha ocurrido recurrir a los que
preparan el contendor, pues si tienen pintura, será una cosa muy interesante
para nuestra nueva casa y me responden que harán lo que puedan, lo mismo que me
prometen que enviarán frigorífico y lavadora, pues a los que vinieron ayer a
venos les han gustado los que tenemos en casa y pensamos dejarlos para los que
vienen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario