La misa en la parroquia no está muy concurrida, los festejos de ayer
dejan un poso de cansancio que la gente utiliza para dormir la mañana. Después
me paso el tiempo llamando por teléfono a unos y otros, desde el fontanero al
electricista y esperemos a ver cuando vienen. Mientras Samuel ha comenzado el
transporte de cosas de casa para dejar libres las habitaciones que ocuparán los
curas que van a venir.
También
me viene a ver el catequista de Mattru con el que estoy hablando más de una
hora. Además de ser catequista es el maestro que dirige la escuela y hemos
hablado largo y tendido sobre la escuela y los planes que tenemos de enviar
niños a la escuela. Me ha parecido una persona interesante y preocupada por los
chavales, aunque no coincidamos en todo.
Por la tarde Samuel va a un sitio donde se reúnen un grupo de jóvenes y
yo voy a los pueblos para la reunión de parejas, donde tenemos un debate acerca
de los que se preparan para celebrar el matrimonio en pascua. Resulta
interesante observar las reacciones de unos y otros y cómo la tradición cuenta
mucho en lo que deciden.
Vuelto a casa y ya de noche, voy a una casa donde me esperan para
celebrar una misa y me encuentro que hay otro cura que ya está dispuesto a
celebrar, lo que me alegra, pues me descarga de trabajo y me permitirá ir más
pronto a la cama y así mañana estar en mejor forma.
Cuando vengo a casa lama Samuel que ha tenido problemas con el vehículo,
lo que me hace ir y venir y llevar al mecánico y nos plantamos en las doce de la
noche y con la pista y el polvo y otros, que no son los mejores presagios para
mañana, pero se hace lo que se puede y aceptamos las cosas como nos
vienen.
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