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viernes, 18 de diciembre de 2015

18 de Diciembre de 2015

Viernes

Voy temprano para decir la misa y me encuentro con el cura párroco que quiere participar. Está tratando de llegar a la iglesia y le ayudo, pues camina con dificultad. Tiene motivos: Hoy es su treinta y ocho aniversario de ordenación y lo quiere celebrar en la misa.
       Le ayudo en todo lo que puede hacer y en lo que no puede se lo hago yo. La misa resulta agradable y al final se le canta una canción de acción de gracias. Creo que ha sido una cosa sencilla, pero emotiva y la gente ha participado bien contenta.
      En el desayuno tratamos de planificar lo que hay que hacer y lo primero es que venga el electricista y nos repare el problema que tenemos, cosa que acaba haciendo. Luego dedico un rato a estudiar y preparar la lectura del evangelio en mende y seguimos organizando cosas y haciendo listas de necesidades para reparar y dejar la casa en forma para los que van a venir a ocuparla y a la vez previendo también lo que tendremos que ver allí donde vamos.
      Las fiestas se acercan y siempre hay quien viene a pedirte dinero para celebrarlo, cosa que tengo que tener muy en cuenta y ver lo que se hace. Por lo general hay una cáritas en la parroquia y es desde ella desde donde se dan ayudas, de forma que el cura no es quien decide sobre estos casos, sino gente que sabe y entiende y puede ser mucho más objetiva a la hora de tomar ciertas decisiones.
       Salimos hacia los pueblos y como cada viernes nos toca Cassama, el pueblo más alejado. Hacemos el recorrido sin dificultad, dejamos a Samuel en Gbalehun  y seguimos hasta Cassama donde hay poca gente. Ha habido algo en Bo y muchos han venido al evento, y pocos estaban presentes. Con ellos hemos discutido la situación y me han dicho que no venga el próximo viernes que no encontraré a la gente tampoco. Por lo menos ya es algo positivo, el que me avisen de que no van a estar… Y aunque sea el día de Navidad, me hace ver que treinta años de no presencia del cura, hacen que sigan siendo paganos en muchas cosas y eso no se arregla de la noche a la mañana y tengo que ser paciente con ellos, aunque les pida estar presentes cuando venga.
       A la vuelta, de nuevo tengo problemas con el vehículo y nos deja en el camino. Por suerte encuentro una moto que me trae y busco al mecánico que me promete que me traerá el vehículo y la gente a casa, cosa que creo que ha hecho pero no estoy seguro, pues el teléfono no funciona y no sé qué hacer.
         Algo parecido me ha pasado con Samuel, pues le vi en el pueblo, quedamos de acuerdo que cuando acabara la oración vendría en una moto, pero el retraso fue grande… No encontraba moto y no había forma de poder llegar y el teléfono estaba sin baterías y por lo menos llegó, cansado y polvoriento, lo mismo que me había pasado a mí, pero una ducha siempre es la buena solución. Cenó y se fue a la cama, pues estaba muerto del viaje.
      Yo estuve tratando de localizarle, al mismo tiempo que hablaba con los que mañana van a cargar el contenedor y trataba de localizar a Andreas que no tenía conexión durante todo el día, cosa que también se solucionó a última hora… Por lo menos las cosas van saliendo.
       He llamado de nuevo al mecánico, pero no me responde la llamada. Imagino que todo haya salido bien y esperemos a ver mañana la continuación. Y mientras escribo estoy controlando cómo el depósito del agua se va llenando, pues es a esta hora que la electricidad es un poco más potente y puede mover bien el motor del pozo.

        Creo que esta mañana agradecíamos en la misa el aniversario de la ordenación del vicario del obispo, pero si miramos a lo largo del día, tengo que dar las gracias a Dios por todo lo que ha hecho con nosotros durante la jornada, especialmente su protección en los caminos.

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