Como cada jueves sigo yendo a Mattru, pueblo con sus dificultades… Hoy me han dicho que quieren cambiar y me piden disculpas. Acepto lo que me dicen y esperemos a ver lo que sale la semana que viene, pues les sigo pidiendo que hagan catecismo.
La mañana está fresquita y la gente se abriga. Es verdad que ha bajado la temperatura, pero no lo he notado mucho, en especial cuando me duché como cada día al levantarme, el agua no está fría aún.
Paso la mañana en la iglesia si no es un rato en que los críos de la escuela vienen para la misa. La iglesia estaba llena de críos… Y les pregunté a los maestros dónde iban a misa los domingos, porque por aquí no los veo… Hay mucho catecismo que hacer empezando por los adultos.
Al final de la mañana vino Edwin, un salesiano que está de vacaciones con su familia y hablamos un rato antes de compartir la comida.
No hemos tenido conexión, pero al final del día la hay, aunque sea débil, lo que me permite recibir y enviar correos y ver las noticias. La luz del generador, luego nos viene un rato la de la ciudad y al final acabamos a oscuras.
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