Y nos presentamos en el último día del mes y del año. La mañana es tranquila. Toca limpieza y no hay movimiento hasta las diez… Algunos vienen a limpiar en la iglesia. Rezo en la capilla y celebro la misa.
Después del desayuno pienso en las reuniones de la tarde y preparo las cosas, así como las de mañana. Varias personas pasan a saludarnos y desearnos felicidades.
Hay una boda y el ambiente se hace sentir y los coches invaden todo el espacio disponible. El salir de casa con el coche es un problema, pero logro tener paciencia y vender una sonrisa en vez de enseñar los dientes…
Voy a echar gasolina y en la estación de servicio mantengo un rato conversación con uno de los dependientes, un joven a quien no conozco, pero que me habla amablemente. Todos te piden la propina de estos días… Les sigo sonriendo.
En el camino ha habido un buen número de pasajeros, de forma que el vehículo iba bien lleno y también podía ver la sonrisa en las caras a través del retrovisor.
Para la reunión ha habido ocho parejas y varios desemparejados. Al final éramos más de la veintena. La participación es buena y hay algo que se vive y se manifiesta en las intervenciones de los participantes.
He preguntado a algunos de los que han venido solos por su pareja. Incluso para alguno le he pedido a otra pareja que vaya a visitar a los otros en casa… Espero que con el tiempo las cosas vayan dando resultado.
En Tikonko, además del catecismo, para el que hay pocos, están algunos de los dirigentes de la comunidad. Tenemos reunión y les presento el panorama que veo con ellos. Hay problemas porque no vienen a rezar regularmente y el que no reza, no avanza. Reconocen lo que les digo, pero les hago saber que no necesito palabras, que quiero hechos y se atreven a prometerme que lo veré.
Les hago números y ven que antes el cura venía si le pagaban el viaje y además le daban comida… Ahora yo vengo y, como no les pido, no le dan ninguna importancia… Me dicen que tengo razón y que cambiarán… Por lo menos son capaces de prometerte algo y habrá que darles tiempo para ver si reaccionan.
En casa me encuentro con Heidi, una señora alemana que ha venido unos días para trabajar con la gente joven. Ya ha venido más veces y es una persona muy interesante, pues a través de la danza llega a una muy buena relación con la gente y les ayuda mucho.
La misa de acción de gracias va a comenzar. La iglesia se está llenando de gente. Aquí vienen a la misa para recibir el año nuevo antes de festejarlo después. Como tengo que ir mañana a los pueblos y voy a ir temprano, veo un poco el ambiente, pero me retiro a preparar las cosas para mañana y descansar, para estar en forma para los pueblos.
Le pido a Don Bosco en este fin de mes y de año que nos proteja y nos guíe durante el año que comenzamos, a la vez que le doy las gracias a Dios por todo lo vivido durante el que acaba y le pido la bendición para todos sobre el que viene.
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