Voy a los pueblos para la misa. En el primero la gente tarda un poco, posiblemente hace fresco o hay otros motivos. No lo sé. Por lo menos el número se mantiene y la propuesta de bautismos y padrinos está presente y luego decidiremos, pues hoy no están todos los padrinos. También los que se perfilan como nuevos matrimonios se encuentran presentes y nos entendemos para seguir los encuentros y preparar las cosas.
En Tikonko las cosas están mermadas. La gente no está a la hora y no son numerosos. Intento transmitir el mensaje de que son ellos los que tienen que hacer venir a los que no están y a ver lo que se puede hacer. Les he llevado víveres para una señora mayor a la que han hablado de ir a visitar, pero que aún no lo han hecho. Con esto les obligo a llevarle la comida y así ya estoy seguro de que van a cumplir lo promtido.
En Towama las cosas van dejando que desear. Se suma a que llegan tarde, que hay muy pocos en número y que las cosas no están preparadas o que los que deben intervenir no están presentes. Les he hablado que si quieren una nueva iglesia, estoy dispuesto a ayudarles, pero que la iglesia actual debe estar llena siempre, pera necesitar otra mayor…
En casa me tomo un plato de arroz, duermo un rato y salgo a buscar a los maestros que mañana comenzarán sus clases de formación. En un pueblo me hacen ver que han colaborado con ellos y les doy las gracias, además de decirles que el trabajo continuará.
Dejo a cada uno en su sitio y en casa leo, rezo y hablo un rato con el clérigo que ha venido y está envuelto en trabajos y reuniones.
No hay luz, pero está el generador y la conexión funciona, aunque sea débil, lo que me permite recibir varios mensajes y enviar otros.
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