Es jueves y voy a Mattru. Alguien que me había prometido venir, no ha aparecido. La mañana está fresca y no hay muchos para rezar, pero por lo menos los que estamos intentamos hacerlo y, como no hay nadie para traducirme, les leo el evangelio en su lengua, cosa que no se esperaban y les llama la atención porque me entienden. Lo había preparado y sabía que lo podía hacer, así que me entrené y las cosas salieron mejor de lo que me esperaba.
Hoy no hay exposición del Santísimo, pues habrá una boda por la mañana y eso hace que hayamos pensado que es mejor no hacer exposición. La gente ha venido a misa por la mañana y la tarde estará libre.
Tenemos un rato de reunión comunitaria y seguiremos con el trabajo de hacer los presupuestos y tratar de ajustarlos todo lo que podamos a la realidad, lo que nos va a costar tiempo, pero esperemos slair adelante.
Me paso mucho rato del día leyendo y sin moverme mucho, pues la espalda sigue con sus achaques y mejor no forzar.
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