Seguimos sin luz. Para la oración de la mañana uso linterna y para la misa se enciende el generador. Hay un buen grupo y celebramos la Sagrada Familia. Recuerdo a todas las familias y el grupo de las parejas con quienes tengo reuniones regularmente.
Al final de la mañana hay una boda y estamos invadidos de ruidos y vehículos. Hay buen ambiente y todos participan en la fiesta.
Para por aquí Emmanuel, un salesiano de la capital que está de paso con algunos de los críos de la calle. Apenas le veo, pues es cuando salgo para los pueblos.
Me llevo a los maestros de vuelta a casa. Veo que van contentos y les parece interesante el trabajo que están haciendo y lo que están recibiendo como formación. Tengo que tener más tiempo con ellos y saber mejor por donde andan, pero las impresiones son buenas.
En Cassama las cosas siguen sin mucho gas. Las parejas no son muchas y no veo que la cosa avance. Se lo hago ver, pero no me da que la situación vaya a cambiar. Me tendré que armar de paciencia y esperar mejores tiempos.
En Gbalehun hay poca gente. Hoy les ha invitado el jefe a una fiesta en Tikonko a ocho kilómetros y han ido muchos del pueblo. Intento saber cuántos villancicos saben y no son muchos, pero por lo menos cantamos un ratito. Después intento cantar el “noche de paz”. A algunos les suena… Me admiro de mí mismo cantando en inglés… Cuando regreso en plena noche, me encuentro un buen número de ellos que vuelven a pie por el camino de la fiesta del jefe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario