Nos levantamos con las linternas y me
voy a rezar a Mattru. Sigo yendo por el camino de repuesto pues el puente está
aún sin reparar en el otro camino. Llego un rato antes, veo un momento las
estrellas, preparo las cosas para la misa y rezamos las oraciones de la mañana
antes de comenzar. Hay un grupito y varios vienen a comulgar. Después, como
cada jueves, vamos por las casas de enfermos, mayores y gente que se prepara
para el matrimonio, a rezar, algo que es ya una costumbre y que la gente
agradece.
El camino sigue siendo complicado
porque no han limpiado las hierbas y no ves por donde pasas, pero se puede
pasar. Vuelvo un poco más tarde de las siete.
Los que han venido a visitarnos están
desayunando y dispuestos para la partida cuando Andreas viene en su busca. Les
deseamos buen viaje.
Christopher va a un funeral de una
religiosa a Kenema y yo me quedo en casa en la iglesia, como cada jueves. La
mañana se pasa rápida, o por lo menos eso me parece empleando el tiempo en
rezar y leer.
Después de la comida y la siesta,
sigo en la iglesia. Hace calor y sudo, y además hay una cantidad de polvo
enorme que hace que todo esté cubierto de una capa rojiza que tienes que
limpiar antes de sentarte o arrodillarte.
Antes de la misa cambio la camiseta
porque estaba empapada y después de misa vuelvo a hacer lo mismo por el mismo
motivo. Celebramos a santa Lucía.
Caen unas gotas al comenzar la noche
y refresca un poco, podremos dormir mejor. Hay conexión a internet, cosa que no
ha habido durante el día y veo las noticias y los correos.
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