Salgo pronto de casa y me acompañan
los visitantes. Pasamos por la finca y vemos al sereno en buzo polar, y es que
aquí sienten el frío… Y yo me doy cuenta de que no sudo, que ya es algo.
Vamos a Baley, donde dejo a Santos
para que ponga las losetas en el pozo y me traigo al maestro mayor que no puede
desplazarse a la misa a Nagoyon, donde la cosa está animada y les hago ver lo
importante de la familia y que se viva con todos los miembros participando
activamente.
Vuelvo al maestro a su pueblo, veo el
trabajo que han hecho y nos vamos a Tikonko donde la generalidad de la
asistencia llega tarde, pero por lo menos el número es aceptable. Les animo de
nuevo a vivir en familia y al final de la misa vienen los matrimonios y sus
hijos para que les bendiga.
Voy a Lembema, donde queremos ver el
pozo además de saludar a los que han venido a rezar, que siguen siendo los
niños de la escuela y los maestros.
De vuelta a casa seguimos cargando
con viajeros y después de una buena siesta, salgo un rato con Santos y acabamos
en la finca donde vemos el trabajo de los albañiles, las moringas, los
plátanos, las papayas y el maíz, que es lo que se lleva la peor parte.
La oración, la cena y leer las
noticias y hacer la crónica completan una jornada.
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