Amanecemos con luz y voy a rezar a la
iglesia con la exposición del Santísimo. Vienen unos cuantos, no muchos, porque entre otras cosas se está
notando un poco la bajada de temperaturas de finales de año.
Llevo el vehículo al mecánico y me
prometen cambiarme una pieza y tenerlo listo para antes de las tres de la
tarde. La broma sale por un pico, pero es que la dirección no marcha, y logro
que me lo traigan para la hora.
Antes de ir a pueblos voy al hospital
a ver a la niña y allí está con su madre, parece un poco mejor. Y en los
pueblos comienzo por confesar al maestro que está mayor y luego explicar a los
demás antes de la misa que vendrá a comulgar. Comenzamos la misa con luz del
día, pero acabamos a la luz de la linterna. No hay mucha gente y les cuesta
cambiar algo en la iglesia, incluso manifestar la alegría de Navidad, a lo que
les animo incluso cantando villancicos…
Estoy un rato en la finca haciendo
tiempo para el pueblo siguiente y viendo lo que pasa y contemplando las estrellas
que se ven muy poco a causa de las nubes.
En Towama hay un grupito de gente y
nos pasa lo mismo, el sentido de la fiesta no se manifiesta en la iglesia y les
animo a que lo hagamos ver, que manifestar sentimientos no está prohibido, pero
falta tradición al respecto.
En casa aún no han acabado la
celebración, yo ceno y me preparo para acostarme, pues mañana espera día largo.
He encontrado a los visitantes, ya habían cenado y estaban esperando fuera de
la iglesia porque la misa se les hacía demasiado larga.
Estoy cansado pero no logro dormir
bien porque cenando tarde no tienes hecha la digestión… Pero aprovecho también
para leer.
No hay buena conexión y sólo llegan
algunos mensajes de texto, los de imágenes toca esperar.
Es veinticuatro y tengo un recuerdo
especial hacia Ella en el día en que nos da a su Hijo.
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