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domingo, 16 de diciembre de 2018

16 y 17 de Diciembre de 2018

Domingo y Lunes




Me levanto temprano y voy a Balei a traer al maestro a misa, pues no es capaz de andar todo el trayecto. Algunos más se suman y vienen en el vehículo. Hay buen número y también ambiente. Les invito a estar alegres, como nos recomiendan las lecturas.

Tikonko sigue en la línea de llegar tarde, pero al final son un buen número y de nuevo insisto en la alegría que debemos mostrar porque Dios viene a salvarnos. Y como tengo la posibilidad, porque Paul ha dicho la misa en casa, voy a ver a los que se juntan para rezar en Lembema… Creo que no me esperaban, pero hoy les he pillado fuera de juego. Me hablaban de alrededor de un ciento de personas que se reúnen y un grupo de adultos, hoy había una treintena de niños y los maestros. También aquí habrá que estar alegre y ver qué hacer.

En casa cargo dos sacos de gari para llevar a Lungi y emprendo viaje, pues el camino es largo. Me lleva más de tres horas y sin ninguna novedad llego a Lungi, saludo a los salesianos, bebo un poco de agua, descargamos el gari y me voy al aeropuerto a buscar a Fidele, una chica de Togo que apadrinan los que vienen de Valladolid y que va a estar unos días con nosotros.

Me dicen que los que vienen desde España, Carmen y Santos, han embarcado en Madrid, pero que el avión desde Casablanca está lleno… Y no tengo más comunicación… Me paso el tiempo en vela hasta ir a esperar a ver si vienen, las dos de la mañana… y para mi sorpresa veo que aparece Carmen. Espero, pero mucho más feliz de lo que estaba, salimos sin novedad, nos vamos a casa a dormir y hasta el día siguiente por la mañana que nos encontramos en la iglesia para rezar.

Después del desayuno emprendemos viaje junto con Joseph que ha llegado también en el mismo vuelo que Fidele y que vuelve de su formación en Roma .

Sin novedad venimos a Bo y llegamos a la hora de comer. Estoy cansado por haber dormido poco, pero un rato de siesta recupera lo perdido y empezamos con Santos a revolver almacenes para que vea lo que hay por casa y lo que le puede servir en su trabajo. Se suda abundantemente. Luego vamos a la finca a ver la bomba del pozo y las cosas que hay en el contenedor y también allí encuentra útiles que no esperaba y está contento porque me dice que con lo que tiene ya puede comenzar a hacer algo.
Venimos a casa a la hora de la cena y después estamos un momento compartiendo lo que nos han traído de comer hasta que se retiran.

Tengo un buen rato de encuentro con Joseph antes de conectarme para leer los correos y hacer la crónica.

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