Celebramos a Don Rinaldi, el sucesor
de don Bosco lleno de iniciativas en especial hacia la familia salesiana.
Estamos sin luz y la tendremos cuando se encienda el generador. Hay un buen
grupo de gente a la misa y después me piden confesiones. Christopher ha ido a
Towama.
Salgo con uno de los conectores a
buscar materiales para riego y nos pasamos la mañana de tienda en tienda, pero
por lo menos encontramos lo que queremos. Por la tarde lo compro y lo voy a
llevar a la finca a la vez que visito Nagoyon donde el carpintero y Daniel
están fijando los bancos de la iglesia. No me puedo quejar del trabajo que han
hecho y les felicito por ello.
Me llaman para bendecir la máquina de
cortar madera y lo hacemos en la casa de Daniel y salgo hacia Towama donde ya
están haciendo el catecismo, Hay una veintena de personas, la mayoría críos. El
responsable de la comunidad tienen la paciencia de reunir a los críos y
hacerles catecismo, el catequista no puede, pues su trabajo le impide tener
tiempo libre.
Vuelvo a la finca a ver lo que han
ido haciendo, les mando vaciar el depósito para que mañana esté listo para el
fontanero y poderlo poner sobre una plataforma y que podamos comenzar a regar
las moringas cuanto antes.
La pista es un recital de polvo, pero
por lo menos puedes circular, y prefiero esto que lo precedente. En casa no hay
luz, ponemos el generador, cenamos y acto seguido me entero de las noticias y
leo los correos.
Varias veces a lo largo del día le he
pedido a don Rinaldi que nos ayude con la familia salesiana en nuestra
parroquia.
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