Cuesta levantarse, no he dormido bien y el polvo está
haciendo su trabajo en el cuerpo, me siento cansado y con muchas posibilidades
de pillar un catarro o paludismo a cuenta de la cantidad de polvo del ambiente,
en especial de la carretera de enfrente de casa.
Después de desayunar estoy un rato leyendo, pues me siento
cansado y luego vamos a llevar a la finca los materiales que había tomado del
contenedor y a buscar una muestra del agua del pozo que queremos analizar en
España.
Santos me acompaña y a la vuelta vamos a buscar citronela,
la hierba que quieren llevar para sustituir a la que tenían que se les ha
perdido.
Después de comer y un poco de siesta me llaman del hospital,
la niña estará unos días más, pero llevo al padre y traigo ropa para la madre
que se quedará con la hija. Tengo problemas de circulación, pues el presidente
del país, que es de esta zona ha decidido venir a su pueblo y las medidas de
seguridad pertinentes te hacen modificar recorridos.
Tengo malaria y me tomo las pastillas. Duermo un rato y sudo
y creo que haberlo cogido a tiempo me hará no pasar muy adelante en el
tratamiento y estar mañana en forma para viajar.
Vamos a una comunidad de barrio a rezar y a Carmen le gusta
mucho y también a casa de una señora mayor del barrio que nos lo agradece.
Salimos a dar una vuelta y tomar una bebida y a prepararnos para el viaje de
mañana. Una cierta nostalgia se apodera de nosotros, pero nos animamos pensando
en la próxima vez que nos vamos a encontrar.
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