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miércoles, 30 de enero de 2019

30 de Enero de 2019

Miércoles

Estoy flojo, pero con ánimos. Me levanto un poco antes y los efectos del malestar de ayer siguen, pero me voy a rezar a Towama, como cada miércoles y la gente está presente y nos animamos en la oración. 

Vuelvo a casa y desayuno y salgo hacia la escuela donde estuve ayer a ver cómo siguen las cosas y no han cambiado mucho. Sigo comprobando que los maestros no están muy por la labor y que hay algo por detrás que no se aclara, pero dando tiempo las cosas irán saliendo. 

Voy luego a la escuela de Lembema, donde también veo las dificultades que los alumnos tienen para leer y sigo pensando en qué hacer y cómo motivar a padres, alumnos y maestros para que las cosas cambien… 

Paso por la finca y los trabajadores están a lo suyo y los albañiles trabajando en particular en la cerca, que avanza a buen ritmo, lo mismo que los hierros de la estructura del depósito del agua. Me vengo para casa, pues la mañana ha sido larga y me siento cansado y me duermo un rato, pues sé que luego no tendré tiempo. 

A la hora de comer aparece Andreas con dos señoras de Manos Unidas que vienen a ver lo que hemos hecho con la ayuda que nos han dado y les llama la atención, cuando visitamos la finca y las construcciones, lo que se ha hecho en el poco tiempo que ha transcurrido desde que nos han dado el dinero hasta ahora. Se llevan una buena impresión de lo que estamos haciendo y del proyecto que tenemos entre manos. Nos despedimos de ellas en casa y van a visitar a los cáritas de la diócesis. 

Vuelvo a la finca y estoy un buen rato leyendo a la sombra, porque el sol calienta aún mucho y luego voy al pueblo a estar un rato con los del catecismo que lo hacen los miércoles. Vuelvo a casa para la novena, asistida por un buen número y la cena y la crónica y las noticias, hacen el día de hoy.

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