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martes, 8 de enero de 2019

8 de Enero de 2019

Martes


He logrado dormir y me levanto bastante en forma, voy a rezar a Nagoyon y se siente el fresco en la iglesia. Hay una veintena de gente que siguen con devoción en la oscuridad de la noche, pues ahora amanece más tarde de las seis y media.

Vienen conmigo los que van a trabajar en la finca y pronto comienzan a regar y siento un cierto problema de ver que están haciendo algo que deberíamos programar mejor…

Voy al mecánico a dejar el coche y me paso la mañana entre el taller siguiendo lo que hacen y ver a quien tiene compost para proponer de comprar y poner en las moringas que vamos a plantar. Y la final de la mañana me vuelvo a casa esperando que no tarden mucho con el vehículo.

Viene el masajista y me da una sesión que noto, pues tengo el cuerpo lleno de calambres a cuenta de los efectos secundarios de las medicinas para la malaria. Me dice el mecánico que hay más trabajo en el vehículo y me preparo para pasar la tarde estudiando lengua local, pues veo que no van a acabar con los arreglos.

Por suerte a finales de la tarde, cuando anochece, se presentan con el vehículo y parece que han hecho un buen trabajo.

José se ha ido a Lungi y cenamos Christopher y yo unos plátanos fritos que la coci ha preparado

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