He dormido regular, pero no me encuentro mal por lo que me
levanto para la misa y participo sin mayor problema. Hay muy poca gente, entre
el fresco de la mañana y que es lunes, creo que se pegan las sábanas.
Después de desayunar llamo al mecánico y me pide que le
lleve el coche al taller, cosa que hago y vuelvo y me paso la mañana en la
habitación leyendo y descansando, pues sigo con lo de la malaria.
Después de
comer me han pedido que lleve a alguien
a casa desde el hospital, pero como el vehículo no está disponible, les ha
parecido larga la espera y se han ido. Cuando tengo el coche me voy a la finca
a ver lo que han hecho los que trabajan y a estar un rato lejos de casa, del
polvo y de los efectos de la malaria.
Vuelta a casa a la hora de cenar, y conexión a ratos a
internet, me permiten saber lo que pasa por fuera y enviar algunos mensajes.
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