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miércoles, 9 de enero de 2019

9 de Enero de 2019

Miércoles


He dormido regular, pero no me puedo quejar. Voy a rezar a Towama y antes de entrar me paso un rato contemplando las estrellas, aunque hay demasiadas nubes y contaminación para poder observar algo que preste. Por lo menos lo he intentado.

Después de la oración vuelvo a casa y tras el desayuno me planto en la finca, tengo la sensación de que la puntualidad en los que dirigen no es mucha y estoy en lo cierto. El que me vean cuando  no se lo esperan ayuda en los buenos propósitos. Voy también a dar una vuelta por las escuelas de Lembema, Gbalehun y Balei. Diferentes situaciones y diferentes cosas, pero el comienzo se nota. Les he llevado unos balones, lo que hace la alegría de los alumnos que están, que no son todos, lo mismo que algunos maestros.

Vuelvo a visitar la finca y veo el trabajo que están haciendo y me da la impresión de que hay que darles más orientaciones en lo que hacen y estar más cerca de ellos. Lo haré ver en los comentarios que haga a los encargados.

Vuelvo a ver al mecánico. Hay algunos detalles en el vehículo, pero quedamos de hacerlo mañana porque hoy está ocupado en otro trabajo.

De nuevo vuelvo a la finca y de nuevo percibo la cuestión de los trabajadores. Hablo con algunos y veo que hay varias cosas que se juntan, una de ellas es la distancia del lugar de trabajo desde casa. Alguna vez si puedo llevarles en el vehículo lo hago, pero no puedo hacerlo de forma regular. Tendremos que buscar solución a algo que ellos mismos no son capaces de resolver y que me parecía que debería ser más fácil de lo que aparece. Otros temas también aparecen, pero serán para tratar con los responsables.

Vengo a Towama para el catecismo, que está comenzando, les doy una estampa a los presentes y voy a ver al catequista que está en su casa. Rezamos un momento él y su mujer y les animo a que lo hagan juntos siempre que puedan. Me entretengo con ellos podando unos arbolitos que tienen en el patio y luego vengo a la oración de uno de los barrios. Hoy hay celebraciones con los críos, pero unos pocos adultos me sugieren un sitio sin bullicio y allí rezamos el rosario los pocos que estamos.

Después de cenar hablo con Andreas, Jose Mari, Carlos… El contenedor se perfila y a ver qué van metiendo en él y qué esperamos para otro posible.

La conexión hasta ahora brilla por su ausencia. Esperemos más suerte más tarde.

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