Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
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jueves, 11 de abril de 2019
11 de Abril de 2019
Jueves
Estamos sin luz, o
a la luz de la linterna. El clima es agradable o más bien cálido porque pronto
empezaremos a sudar y el agua de la ducha está templada.
Me lleva una moto a
Mattru. Seguimos con problemas en el puente que ahora están rehaciendo y el
paso provisional previsto es complicado y más de noche.
No hay mucha gente,
los asiduos, y les animo a tener la fe de Abraham, lo mismo que pido para mí
durante el día. Después de misa vamos a rezar por las casas. La gente ya está
acostumbrada y nos recibe con alegría.
Volvemos a casa por
el otro camino y nos acercamos a la finca en la que hay un par de trabajadores
que ya han llegado y con los que hablo un momento. La cosa está en calma. En
casa y después de desayunar me paso un buen rato en la capilla, luego hago la
colada y voy a emigración para informarme y a transportes pidiendo el permiso
de ocnducir renovado, pero aún no está.
Están arreglando la calle y han cambiado las estructuras de hierro que
habían puesto. El tráfico es un problema y pasar la calle un reto, pero veo al
carpintero y me dice que más tarde hará algo por proseguir el trabajo.
Viene Mireia, que
se quedará esta noche y seguirá el trabajo de los conectores en la finca y en
los pueblos. Estamos hablando un rato juntos y vemos los muchos retos que
tenemos en el proyecto, y que a pesar de las dificultades, las cosas van
adelante.
Estoy un buen rato
rezando en la iglesia, como por la mañana. Hace calor y se suda. La bendición y
la misa acaban la jornada en la iglesia. Después me veo con John, el conector
que me llevará a rezar y a los pueblos para hacer sensibilización.
La cena, las
noticias y la crónica ponen fin a una jornada más del mes de abril.
Estamos sin luz, o
a la luz de la linterna. El clima es agradable o más bien cálido porque pronto
empezaremos a sudar y el agua de la ducha está templada.
Me lleva una moto a
Mattru. Seguimos con problemas en el puente que ahora están rehaciendo y el
paso provisional previsto es complicado y más de noche.
No hay mucha gente,
los asiduos, y les animo a tener la fe de Abraham, lo mismo que pido para mí
durante el día. Después de misa vamos a rezar por las casas. La gente ya está
acostumbrada y nos recibe con alegría.
Volvemos a casa por
el otro camino y nos acercamos a la finca en la que hay un par de trabajadores
que ya han llegado y con los que hablo un momento. La cosa está en calma. En
casa y después de desayunar me paso un buen rato en la capilla, luego hago la
colada y voy a emigración para informarme y a transportes pidiendo el permiso
de ocnducir renovado, pero aún no está.
Están arreglando la calle y han cambiado las estructuras de hierro que
habían puesto. El tráfico es un problema y pasar la calle un reto, pero veo al
carpintero y me dice que más tarde hará algo por proseguir el trabajo.
Viene Mireia, que
se quedará esta noche y seguirá el trabajo de los conectores en la finca y en
los pueblos. Estamos hablando un rato juntos y vemos los muchos retos que
tenemos en el proyecto, y que a pesar de las dificultades, las cosas van
adelante.
Estoy un buen rato
rezando en la iglesia, como por la mañana. Hace calor y se suda. La bendición y
la misa acaban la jornada en la iglesia. Después me veo con John, el conector
que me llevará a rezar y a los pueblos para hacer sensibilización.
La cena, las
noticias y la crónica ponen fin a una jornada más del mes de abril.
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